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Texto: Fede Gayardo
El programa Mesa Redonda dedicó su segmento de este viernes a explorar las características musicales y sociales de la música urbana, enfocándose particularmente en el “fenómeno” del Reparto, y contó con la participación del viceministro de Cultura, Fernando León Jacomino, una joven musicóloga y dos cientistas sociales, según se comunicó a través de todos los canales estatales.
En primer lugar, se entrevistó a cubanos en las calles de La Habana, quienes expresaron que, en la opinión general, “no es correcto” el lenguaje utilizado en muchas canciones de reguetón, comentando que “se nos está yendo de las manos”.
No obstante, señalaron que ciertos artistas han logrado distanciarse de estos estereotipos y han conseguido el reconocimiento del público, como es el caso de Jacob Forever y El Chacal.
Aunque los analistas evitaron nombrar directamente a los músicos que defienden este estilo, se pudieron apreciar en el material visual rostros emblemáticos del Reparto, incluyendo a El Taiger, Oniel Bebeshito, Ja Rulay, el dúo Charly & Johayron, Velito el Bufón, Alexander Abreu, Chocolate MC, Lenier Mesa, Dany Ome y Kevincito el 13.
La musicóloga Lea Cárdenas puntualizó que aún no existe un consenso en el ámbito académico sobre si el Reparto puede considerarse un género musical independiente.
“La academia musicológica cubana no se ha puesto de acuerdo sobre si se trata de un género musical o no. Para que una expresión se clasifique como un género, debe pasar un tiempo que consolide características específicas, comportamientos en los medios expresivos de la música y defina una célula rítmica determinante”, afirmó Cárdenas.
Además, indicó que este fenómeno surgió alrededor del año 2010, evolucionando del reguetón cubano, y se fundamenta en temas como “El Guachineo” y “Bajanda”, compuestos por Yosvanis Arismin Sierra Hernández, conocido como Chocolate MC.
“El Reparto es una expresión de la música totalmente autóctona de Cuba. Tiene muchos nexos con la música popular bailable”, añadió luego la especialista.
Ante la pregunta de la periodista oficialista Arleen Rodríguez Derivet sobre si esta música sigue siendo cubana cuando se interpreta en Miami, la experta respondió de manera contundente: “Es cubana”.
Por su parte, Luis Emilio Aybar, director del Instituto Juan Marinello, enfatizó la profunda repercusión del Reparto en la sociedad cubana, afirmando que “tiene un fuerte peso en la cultura cubana, en el gusto y en las prácticas culturales”.
Aybar reconoció ciertos aspectos negativos presentes en este tipo de música, aunque subrayó que no son exclusivos ni del reguetón ni del Reparto, destacando que “es el discurso de superioridad del varón que tiene más mujeres, más dinero, más bienes, éxito, popularidad e incluso formas de imponerse de manera violenta. Tiene un lenguaje muchas veces vulgar y sexual, que genera cierto rechazo”.
En cuanto a la postura de las instituciones, insistió en que “no sirve ni demonizar el Reparto ni ensalzarlo de forma acrítica”.
A continuación, el viceministro de Cultura abordó los desafíos estructurales que enfrenta la industria musical en Cuba, explicando que la falta de recursos impide la organización de conciertos y otras actividades que integren las propuestas de las agrupaciones urbanas.
“La suma del valor de costos complementarios de una actuación son más altos que el valor artístico de las presentaciones. Tres, cuatro y hasta cinco veces más alto”, afirmó Jacomino.
Asimismo, resaltó que para que los músicos urbanos puedan integrarse en los circuitos oficiales, deben ser evaluados por las instituciones culturales, ya que “ellos pertenecen a agrupaciones que operan por oferta y demanda. Ganan según lo que facturan. Están obligados a cumplir ciertos niveles de calidad y rigor estético, pero trabajan de manera independiente, de acuerdo a las demandas que generan. Eso tiene otros mecanismos de regulación”.
La investigadora Yanelis Despaigne advirtió sobre el riesgo de ignorar el contexto social que respalda este fenómeno urbano, afirmando que “el consumo de esta música se da en todos los estratos sociales de Cuba”.
En este sentido, citó estudios recientes que sugieren que para algunos, identificarse como “reparteros” representa una oportunidad de ascenso social y prosperidad. No obstante, aclaró que “son estudios incipientes a los que deberíamos prestarles atención”.
Tras el anuncio del programa televisivo, varios periodistas, musicólogos, artistas y el público en general han compartido sus impresiones en las redes sociales sobre el impacto de las opiniones, a veces desafortunadas, de los especialistas y funcionarios cubanos sobre el Reparto.
Un ejemplo de esto es el periodista Michel Hernández, quien afirmó que “al Reparto, que, como se sabe por la mayoría, es la banda sonora de la crisis que enfrenta el país hoy, los medios llegaron tarde y las instituciones no supieron valorar el fenómeno que les sobrevino y que se desarrolló precisamente fuera del circuito oficial con un éxito sin precedentes. Incluso han llegado tarde para recurrir al viejo método de tratar de asimilarlo e incorporarlo a un discurso cultural construido desde las máximas oficiales”.
La filóloga cubana, especialista en propiedad intelectual, investigadora, productora y musicógrafa, Rosa Marquetti, dedicó un extenso texto en su perfil de Facebook para abordar las opiniones expresadas en la Mesa Redonda.
Primeramente, Marquetti quiso aclarar que “los músicos reparteros no son los culpables: siempre la música y las artes han sido el reflejo de sus tiempos, como lo fueron el son, la guaracha, el mambo, el cha cha chá…. El Reparto, insisto, es la banda sonora de la debacle, el desbarajuste nacional, la crisis de valores”.
La especialista continuó: “A quien no ha conocido otra cosa que la miseria material y espiritual, no se le puede pedir que no reproduzca el medio donde ha vivido. Otra cosa muy diferente es que un gobierno, en lugar de preservar la enorme cultura musical que el mundo entero le reconoce a Cuba, se preste para validar desde la práctica del ordeno y mando, ese estilo musical que surgió de sus prolongados e injustificados errores”.
Con sus contundentes palabras, Marquetti subrayó que “no tienen idea sobre las industrias del entretenimiento en el mundo. No me sirve tampoco que me digan que en todo el mundo el reguetón se ha impuesto como reflejo de otras sociedades: en la cubana, hay un gobierno que proclamó, entre sus principios irrenunciables, la lucha por la justicia social y la elevación de la cultura popular y en su habitual incoherencia, ahora ha escogido un estilo musical (no un género) y ha roto lanzas en su defensa, cosa que globalmente hacen las compañías discográficas y las empresas productoras de conciertos para defender sus intereses, pero no los gobiernos”.
Por último, afirmó que “es una pena que algunos músicos y ‘voces autorizadas’ se presten para esta vergüenza. Es lamentable que muchos músicos y musicólogos guarden silencio, miren para otro lado y no utilicen su prestigio y conocimientos para cuestionar este sinsentido”.