Foto: Oscar Alfonso/ACN
Para ejemplificar cuán graves pueden volverse ciertas circunstancias, el acervo popular cubano cuenta con una expresión precisa: “Le cayó comején al piano”; en el caso del Teatro La Caridad en Trinidad, en el centro sur de Cuba, el dicho refleja la realidad: ha sufrido la invasión de comején en el piano del vestíbulo y en varias otras áreas de esta emblemática instalación cultural.
La noticia ha circulado rápidamente, no solo por la seriedad de la plaga, que ya se ha extendido por el ala derecha del tabloncillo, las puertas y el bar, sino porque han transcurrido apenas dos años desde la restauración integral a la que fue sometido el Teatro La Caridad.
Imágenes difundidas en redes sociales evidencian el daño causado por el comején, también conocido como termita, en un edificio que fue construido en 1936, cerrado herméticamente durante 30 años y reinaugurado en enero de 2021 como la joya del aniversario 507 de la tercera villa de Cuba.
Elduys Adrián Zerquera Arboláez, director de la institución, describió ante la prensa local los intensos esfuerzos del personal del teatro por controlar la plaga: “Hemos utilizado petróleo, gasolina, líquidos y, hasta ahora, no hemos tenido éxito; el comején aquí se nos ha vuelto incontrolable”.
Con el estilo característico de numerosos directivos cubanos, Zerquera Arboláez ha calificado la lucha contra el comején como una formidable batalla y ha manifestado que su equipo está decidido a combatir al insecto.
“Todos los actores del municipio y la provincia están al tanto de esta situación —reconoció—, tenemos la voluntad, pero nos faltan los recursos; hemos solicitado apoyo a otras entidades, pero sus precios son elevados y no contamos con los medios para pagarlos”.
Entre incrédulos y pesimistas, los comentarios que se producen en los espacios digitales y en las esquinas de la ciudad lamentan que un inmueble como este, salvado casi de sus ruinas a un costo superior a un millón de pesos hace solo dos años, vuelva a arruinarse, esta vez por culpa de un insecto que se puede eliminar con los productos químicos y métodos adecuados.
Espacio fundamental para disfrutar de lo más auténtico de la cultura local y nacional y único de su tipo en Trinidad, el Teatro La Caridad fue objeto de una compleja restauración que incluyó cubiertas, pisos, puertas y ventanas, camerinos, baños, butacas, sistemas de luz y sonido, así como objetos de obra y elementos técnicos que pudieron recuperarse gracias a la habilidad de obreros, trabajadores independientes, artistas plásticos y especialistas.
El arduo esfuerzo de tantos ahora se enfrenta a la amenaza de millones de comejenes.