El valor del dólar se eleva rápidamente en el mercado cubano.

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El espectro del Periodo Especial, la más intensa crisis económica que se ha vivido en el país, atormenta a los cubanos. Quienes experimentaron ese tiempo recuerdan las extremas dificultades para llevar un plato de comida a la mesa, los cuerpos que perdían peso notablemente, y las bicicletas que inundaban las calles. Especialmente, el costo del dólar en el mercado negro alcanzaba los 120 pesos cubanos por un dólar estadounidense.

Hoy, Cuba despierta con características que evocan esa etapa, particularmente en relación con el cambio de moneda. Con la implementación del denominado ordenamiento económico, que ha generado una inflación desenfrenada que parece no tener fin al menos durante este año, el valor del peso cubano ha disminuido, mientras que monedas como el dólar y el euro ganan protagonismo en el mercado informal.

En la crisis de los años 90, el dólar llegó a cotizarse a 120 pesos; sin embargo, en la actualidad su cambio ha alcanzado los 95 pesos por un dólar. Los expertos ya preveían que algo de esta magnitud podría ocurrir, pero quizás no esperaban que el peso cubano descendiera a tales cifras en comparación con «la moneda dura». Lo preocupante, no obstante, parece que aún está por llegar. El precio del dólar y del euro ha aumentado en pocas semanas, y los analistas consideran que su valor seguirá en ascenso, sin que nadie se atreva a pronosticar cuál será su límite.

Este domingo, el euro se cotiza a 100 pesos cubanos, mientras que el dólar estadounidense se aproxima a igualar su valor. La moneda en libre circulación, que inicialmente había superado al dólar en esta inflación monetaria, ahora se cambia al mismo precio en el mercado informal e incluso a menos.

Existen múltiples razones que explican este fenómeno. Una de ellas, reconocida por los especialistas, es el alto número de cubanos que están saliendo del país y que requieren obtener dólares en un mercado informal que parece tener menos disponibilidad de moneda estadounidense. Algo similar ocurre con el euro, que a diferencia del dólar, se puede depositar en los bancos cubanos para convertirlo en moneda libremente convertible (MLC) y hacer compras en ese tipo de tiendas.

La inflación, algunos cambios económicos recientes y el acceso a «moneda dura» también están evidenciando las divisiones entre los cubanos. Las diferencias sociales se hacen más evidentes entre aquellos que pueden acceder a este tipo de monedas para adquirir productos en las llamadas «tiendas MLC», los que reciben dólares por su trabajo, ya sea en el país o desde el exterior, y aquellos que carecen de esos ingresos o oportunidades. En este escenario de dificultades, hay una verdad innegable: los cubanos que sólo perciben un salario promedio del estado enfrentan dificultades significativas para cubrir sus gastos de alimentación, electricidad y otros bienes básicos. Para ellos, visitar una cafetería privada se ha convertido en un lujo, ya que es muy probable que una cuenta, por un consumo mínimo, supere los 1000 pesos como mínimo.

Recientemente, se presentaron en la televisión cifras alarmantes: más de un millón de cubanos han abandonado la isla en apenas 8 años. Este número, que representa principalmente a jóvenes en plena capacidad profesional, compromete radicalmente el futuro del país y, a su vez, explica el aumento en el valor del dólar y el euro en el mercado informal, como se había mencionado anteriormente.

El gobierno ha reconocido la grave crisis inflacionaria, pero hasta el momento no ha presentado un plan claro y efectivo para enfrentar o al menos aliviar esta problemática. A esto se suma la pandemia de Covid-19, que sin duda ha empeorado esta crisis social, económica y monetaria dado los recursos que el gobierno ha tenido que destinar a hospitales para atender a pacientes con Covid-19.

En el mercado negro, los elevados precios y los gravámenes impuestos por los llamados «revendedores» son otros aspectos de este complicado rompecabezas sin una solución a corto plazo. Ya existen numerosos productos en las redes del mercado negro que solo se venden en dólares debido a su cambio informal, lo que los hace prácticamente inalcanzables para el cubano promedio, es decir, aquellos cuyo acceso a dólares o a las tiendas MLC es un sueño lejano.

A pesar de ello, el gobierno mantiene el dólar a un precio simbólico de 24 pesos por un dólar. Esta es una «trampa» que ni siquiera los propios turistas se dejan engañar, al comprender la realidad de la isla o al visitar sitios como Revolico, donde se puede tener un panorama más cercano de las prácticas económicas informales del país.

Es muy poco probable que alguien se atreva a predecir hasta dónde llegarán estos precios en el cambio entre el dólar, el euro, la MLC y el peso cubano. Aquí, las certezas se desvanecen rápidamente. Sin embargo, lo que se coincide es que el dólar seguirá en ascenso y nadie sabe hasta qué cumbre puede llegar. Mientras tanto, el espectro del Periodo Especial se asoma a diario por la ventana trasera de la economía cubana.

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