En el contexto de la invasión rusa a Ucrania, Cuba derriba el histórico Restaurante Moscú.

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Fotos: RRSS

El enigma del restaurante Moscú llega a su conclusión

Uno de los lugares más recordados con nostalgia y afecto por los cubanos de los 80 es el extinto restaurante Moscú, cuyo edificio ha sido reducido a escombros por orden de las autoridades habaneras.

En el sitio donde se encontraba el inmueble, se edificará un nuevo hotel destinado a los turistas que visitan la Isla. No es una sorpresa, ya que en Cuba los hoteles son las construcciones más prevalentes.

La historia del restaurante Moscú es trágica y enigmática. Originalmente, el edificio en la calle P entre 23 y Humboldt albergó el cabaret Montmartre, un prestigioso club nocturno de los años 40 y 50 cuya fama traspasaba fronteras.

Figuras como Cab Calloway, Edith Piaf o Nat King Cole fueron algunas de las grandes estrellas que visitaron el lugar. Ava Gardner y Frank Sinatra disfrutaron de un pastel nupcial de cortesía durante su luna de miel en La Habana en 1947. Así de renombrada era La Habana, y así de famoso el Montmartre.

En 1960, tras el triunfo de la revolución, el lugar fue nacionalizado y no fue hasta la década de los 70 que se le dio un nuevo propósito: se transformó en un vasto restaurante de estilo ruso y se rebautizó como Restaurante Moscú, en tiempos de influencia soviética en La Habana.

El lugar dejaba una fuerte impresión, era lujoso y bien decorado, siempre con una interminable fila de mesas ocupadas por comensales nacionales que probaban delicias de la cocina rusa. El plato más famoso era la “sopa Salianska”, descrita por los jóvenes de la época como la especialidad de la casa, con generosos trozos de carne y un sabor único.

El Moscú parecía haber heredado parte de la grandeza del Montmartre. Sin embargo, en 1989 un incendio lo consumió rápidamente. Las grandes mesas, las enormes vigas y el piso de madera sucumbieron a las llamas en cuestión de minutos. De manera enigmática, el Moscú pasó a la historia justo en el año en que la Unión Soviética comenzaba a desmoronarse.

Durante 33 años, el local permaneció cerrado, con sus puertas, las cuales habían sido testigos del paso de artistas de renombre en tiempos más brillantes, tapiadas y solo frecuentadas por quienes necesitaban aliviarse después de beber en el cercano Malecón.

Increíblemente, la esquina central permaneció en ruinas, sin que ninguno de los gobiernos de la capital se preocupara por devolverle su esplendor y reactivarla económicamente. ¡Cuántos emprendedores hubieran querido invertir en la gestión de ese famoso lugar!

Pero ahora es definitivo; las empresas constructoras de La Habana comenzaron el jueves la demolición de las ruinas del lugar, que será reemplazado por un nuevo hotel de la cadena Gran Caribe, justo en medio de la invasión rusa a Ucrania.

Tres décadas tomó tomar la decisión y, como suele suceder, el turismo prevaleció sobre la historia, en una batalla desigual. A pesar de la crisis económica de la Isla y la disminución de turistas, principalmente debida a la pandemia de Covid-19, La Habana continúa proyectando y construyendo grandes hoteles.

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