Como una opción para hacer visibles y apoyar los activismos LGBTIQ+ en la isla, ha surgido recientemente el Grupo Trans Masculinos de Cuba, “un piquete pequeño, pero con muchas ganas de transformar para bien”.
Así lo manifestó Verde Gil, activista residente en Santa Clara y una de las voces más influyentes dentro de la comunidad trans masculina del país, quien ha promovido esta nueva iniciativa a través de sus redes sociales.
“Llevamos un tiempo en este empeño —añadió Verde Gil—, que hoy se concretiza un poco más. Agradecemos que se lo compartan a otras personas trans masculinas y a la comunidad LGBTIQ+ en general”.
El grupo tiene como objetivos fundacionales educar sobre las transidentidades, la sexualidad y el género desde una perspectiva emancipadora; compartir experiencias y aprendizajes con otras personas trans masculinas en un ambiente de confianza, solidaridad y respeto; ofrecer distintos apoyos y orientación sobre el proceso de transición a personas trans masculinas, así como a sus parejas y familiares, y fomentar actividades que promuevan la integración social.
Actualmente presentes en Facebook y WhatsApp, el proyecto difunde contenidos educativos y busca fomentar, por todos los medios posibles, una sociedad libre de transfobia.
La población transexual masculina en Cuba no es tan visible como la femenina; no obstante, para empoderar a este sector de la sociedad han surgido otras iniciativas como la Red Alma Azul, establecida hace unos años con el respaldo del Centro Nacional de Educación Sexual (Cenesex) y que se ha transformado en Alma Fénix.
A esta organización se atribuyen las escasas —y probablemente inexactas— cifras sobre las personas trans masculinas del país, ya que en 2018 registraron apenas unos 20 individuos con esta identidad de género, principalmente en Santiago de Cuba, Holguín, Cienfuegos, Matanzas y La Habana.
En contraste con los transgéneros femeninos, que suman más de 4,000 en el país, los trans masculinos son notablemente pocos en Cuba, según datos del Cenesex. Este grupo incluye a las personas que se identifican como hombres, independientemente de haber nacido con el sexo contrario y de si requieren cirugías o terapia hormonal.
Para la propia comunidad LGBTIQ+, los hombres trans siguen siendo una de las identidades más invisibles.
“No es un problema exclusivo de Cuba —ha explicado Verde Gil a la prensa—. He visto muchos productos latinoamericanos que omiten esta parte, pero la visibilidad es escasa en Cuba y eso dificulta conectar con personas que tengan experiencias similares y orientarse.”
El activista opina que las redes de apoyo son bastante débiles en el país y que el hecho de haber nacido biológicamente como mujeres genera un rechazo cultural: “Siento que es uno de los prejuicios que se están fusionando, lo que hace que se nos perciba como más incomprendidos y rechazables que a la comunidad trans femenina”, reflexiona.
Por esta razón, Gil es actualmente uno de los activistas fundadores del Grupo Trans Masculinos de Cuba, una iniciativa a la que dedica gran parte de su tiempo y que busca mantenerse activa: “Para cualquier persona que necesite ayuda, orientación, acompañamiento, un rayo de esperanza… aquí estamos”.