Foto: RL Hevia
Desde hace varias semanas, acceder al efectivo en Cuba se ha vuelto una tarea imposible, ya sea a través de cajeros automáticos o en los bancos directamente. La sensación que prevalece es la de rendirse, aunque algunos eligen permanecer firmes para alcanzar, a toda costa, su objetivo.
Con los recurrentes cortes de electricidad debido a la escasez de generación, los huracanes que azotaron el occidente y oriente, un sismo y la desconexión del Sistema Electroenergético Nacional, una gran parte de la población en la Isla no ha podido disponer de su “salario”.
Después de reiniciar las colas –que en realidad nunca dejaron de existir– el Banco Central de Cuba admitió a la prensa estatal que “la demanda sobrepasa las capacidades instaladas desde el punto de vista de operaciones”.
En esta línea, justificaron que los bancos solo dispensarán en caja, como “procedimiento de contingencia”, 3,000 pesos a quienes acudan a cualquiera de las instituciones que operan en el país en moneda nacional: Metropolitano, Popular de Ahorro y de Crédito y Comercio.
Se destacó que uno de los principales problemas que agravan la crisis (y las colas) es la indisponibilidad de los cajeros automáticos, los cuales “requieren de una logística y aseguramiento ante las fallas que puedan presentarse, por lo que las instituciones financieras están realizando un esfuerzo por restablecer el servicio”.
La prensa hizo hincapié en que solo en el municipio de San Antonio de Sur, en Guantánamo, se presentaron problemas con el equipamiento informático tras el paso del huracán Oscar, el cual fue sustituido “en el menor tiempo posible”, lo que no justifica los inconvenientes existentes en las demás sucursales de la Isla.
Además, señalaron que “se ha mantenido funcionando la infraestructura de todos los canales electrónicos de pago, los cuales continúan prestando servicio a pesar de las afectaciones eléctricas y de comunicaciones”. Sin embargo, los usuarios han reportado serios problemas en su uso, así como la falta de aceptación de esta vía.
La realidad es que el cubano vive en una crisis constante, y la odisea de cobrar se suma a esta larga lista. La victoria será para quienes madruguen marcando para un turno o para aquellos que decidan esperar a entrar al banco; la mayoría de ellos son personas adultas que no cuentan con otras alternativas más que esperar, sin garantía alguna de éxito.