¿Eres capaz de identificar cuentas falsas en las redes sociales?

Lo más Visto

Lo que antes era un espacio libre de expresión, ha ido evolucionando con el tiempo hacia un entorno lleno de ruido, críticas y conflictos. Nos referimos a las redes sociales, donde no todos los generadores de ese ruido son individuos auténticos, ni todos los aparentes bots son meras máquinas. Muchas de estas cuentas cuentan con seguidores que presentan características sospechosas. Hoy te compartimos algunos de estos indicios.

La imagen es lo primero a considerar. Una característica común en las cuentas falsas es que en su foto de perfil aparece el avatar predeterminado de plataformas como Facebook, Instagram o Twitter, es decir, sin una imagen real. O, por el contrario, podríamos encontrarnos con fotos excesivamente cuidadas de personas que parecen modelos (y que probablemente lo sean, aunque no tengan idea de que su imagen se está utilizando).

“Los perfiles falsos pueden identificarse por las incoherencias: si ves la foto de una atractiva chica rubia y su descripción no concuerda, sospecha”, explica Mari Luz Congosto, investigadora de la Universidad Carlos III, en un artículo para El País. Pero, ¿cómo podemos verificar la procedencia de esa imagen? Si la foto proviene de un banco de imágenes o ha sido robada de otro sitio, podemos emplear la búsqueda inversa de imágenes de Google, que nos mostrará dónde ha sido publicada anteriormente.

También podríamos encontrar imágenes que podrían haber sido generadas por computadora: “Si observo un rostro que no parece natural, puede haber sido creado con inteligencia artificial, donde surgen rostros extraños al combinar varias caras, lo que indica que esos perfiles son posiblemente falsos”, detalla Congosto.

Lo segundo a tener en cuenta es el nombre. Aquí pueden presentarse dos escenarios: que el nombre sea inusual (por ejemplo, uno que suene claramente extranjero) o que contenga un exceso de números.

Lo tercero es la antigüedad de la cuenta. Las cuentas de reciente creación suelen ser sospechosas especialmente cuando son utilizadas con un propósito específico, como apoyar o atacar un partido político o a una empresa. También existe un mercado donde se reaprovechan cuentas antiguas, lo que significa que hay muchas que son de segunda mano. Para verificar si hay disparidades, se puede contrastar la fecha de creación con su actividad.

El cuarto punto se relaciona con la desproporción entre seguidores y seguidos. En este tipo de cuentas, normalmente se observa que un perfil puede seguir a muchos pero no recibe seguimiento a cambio, lo que sugiere que podría ser un bot. Por otro lado, existen cuentas que tienen un número muy elevado de seguidores a pesar de presentar escasa actividad o ser muy recientes.

Finalmente, un quinto elemento se refiere a la frecuente modificación del nombre: “Si ha cambiado su nombre una vez puede ser normal, tal vez no le gustara. Pero si lo ha cambiado cuatro o cinco veces, se vuelve más raro. Si además ha eliminado todas sus publicaciones anteriores, o si incluso no las ha borrado y antes hablaba de fútbol y ahora de política, entonces hay que sospechar aún más”, afirma esta profesora.

Es importante distinguir entre bots y cuentas falsas. Ambos pueden ser fraudulentos, pero no todas las cuentas falsas son bots: “Pueden haber sido creadas de forma automatizada, pero luego manejadas por personas que realizan actividades en la cuenta con un fin definido. En otras palabras, lo que a menudo consideramos como bots son en realidad cuentas mixtas”, aclara la especialista.

Existe un gran número de personas que nunca colocan una foto en su perfil, otros que no cambian el nombre predeterminado, y muchos que abren una cuenta pero luego casi no tienen actividad. “Son personas con perfiles inactivos, que abren la cuenta para explorar, siguen a unas pocas personas, como algún político si les interesa, pero después no utilizan su cuenta en absoluto. De esos hay muchísimos. No debemos confundir un perfil inactivo con uno falso”, explica Congosto, “el falso tiene un objetivo claro, mientras que el inactivo apenas lo usa después de abrirlo.”

Sin embargo, también encontramos a aquellos usuarios que son activos pero deciden ocultarse tras otra identidad: “Con la crisis del coronavirus, muchos optaron por abrir cuentas alternativas para expresar sus opiniones. Lo hacen bajo un nombre ficticio para desahogarse con total libertad. Y en estos casos, son personas reales, no perfiles falsos ni están siendo pagados por nadie”.

Representantes de Facebook, Twitter y LinkedIn subrayan que este tipo de comportamientos están prohibidos o penados en sus plataformas.

Por su parte, el reconocido bloguero Marcelino Madrigal responde a posibles defensas que un usuario podría tener, especialmente en casos de acoso. “El discurso del odio está protegido en EE. UU. por la Constitución, que interpreta la libertad de expresión de forma amplia, permitiendo casi todo menos las amenazas físicas directas. En Europa, en cambio, no toleramos ataques a colectivos históricamente marginados, como el LGTB o la xenofobia…”.

“La gente se pregunta: ¿cómo es posible que haya cuentas de ultras y se digan tantas barbaridades? La clave radica en que la decisión es tomada por una empresa estadounidense, que opera según su propia línea editorial. Aunque actúen como gestores de contenido, les resulta útil que la ley les reconozca como medio, ya que así no se hacen responsables del contenido”, añade.

En el caso de Cuba, las redes sociales están transformándose en un nuevo campo de batalla política. El fenómeno de los perfiles falsos se utiliza tanto para criticar como para apoyar el sistema socialista. Artistas, líderes políticos y deportistas no escapan a esta situación. Cualquiera puede usar tu foto y suplantar tu identidad. Lo esencial es saber cómo denunciarlo y cómo actuar ante esa violación de las normas.

Más Noticias

Últimas Noticias