En noviembre, Estados Unidos levantará las restricciones para los viajeros vacunados contra el coronavirus que lleguen desde la Unión Europea y el Reino Unido, según anunció la Casa Blanca este lunes.
Se indicó que a principios de ese mes se comenzarán a relajar las medidas, y con esta nueva política que se implementará, el gobierno actual dará por terminadas las restricciones impuestas hace 18 meses por la administración de Donald Trump, tras meses de negociaciones entre Washington, Londres y Bruselas.
Entonces, ¿qué exigirá Estados Unidos a partir de ahora? Lo principal es, según explicó el coordinador de la respuesta a la COVID-19 de la Casa Blanca, Jeff Zients, presentar el certificado de vacunación antes de abordar el vuelo, y realizarse una prueba de coronavirus en los tres días previos al viaje, la cual deberá ser negativa.
Si todo está en orden, el viajero no tendrá que someterse a cuarentena, y aquellos ciudadanos estadounidenses que regresen al país sin estar vacunados deberán realizarse una prueba un día antes de volver a EE.UU. y otra al llegar.
Aún no se ha informado sobre cuáles vacunas serán aceptadas, una decisión que corresponde a los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), organismo que también se encargará de exigir a las aerolíneas que recojan la información de contacto de los viajeros internacionales (un número de teléfono y una dirección de correo electrónico), que deberán conservar por 30 días para facilitar el rastreo en caso de positivos.
Hasta ahora, con las regulaciones impuestas por Trump, tienen permitido el ingreso al país aquellos viajeros que hayan estado en Europa y gran parte de Asia que sean ciudadanos estadounidenses, familiares directos, poseedores de una tarjeta de residencia permanente (green card) o quienes cuenten con exenciones de interés nacional.
Esto ha llevado a que los ciudadanos europeos con familiares en Estados Unidos pasen casi toda la pandemia separados de sus seres queridos y ha generado cierto resentimiento, ya que la UE y el Reino Unido, que registran casos positivos similares a los de la nación norteamericana, levantaron las restricciones para los viajeros estadounidenses a principios de agosto.
