Foto: La Nación
Texto: Mónica Fernández
Desde el comienzo de las manifestaciones el domingo 11 de junio, los representantes cubanoamericanos en el Congreso y el Senado han estado muy activos en sus redes sociales, compartiendo videos, declaraciones y notas de prensa. Sin embargo, fue solo minutos después de que el presidente Miguel Díaz-Canel llegara a San Antonio de los Baños y afirmara que “las calles son para los revolucionarios”, que Estados Unidos emitió su primer comunicado sobre las protestas en Cuba.
La declaración fue hecha por la Subsecretaria en funciones de la Oficina de Asuntos del Hemisferio Occidental del Departamento de Estado, Julie Chung, quien escribió en Twitter: “Las protestas pacíficas en Cuba están aumentando, el pueblo ejerce su derecho de reunión para expresar su preocupación por el incremento de casos y muertes por COVID y la escasez de medicamentos. Reconocemos los esfuerzos del pueblo cubano que organiza donaciones para ayudar a sus compatriotas”.
Peaceful protests are growing in #Cuba as the Cuban people exercise their right to peaceful assembly to express concern about rising COVID cases/deaths & medicine shortages. We commend the numerous efforts of the Cuban people mobilizing donations to help neighbors in need.
— Julie Chung (@WHAAsstSecty) July 11, 2021
Unas horas después, en respuesta a las palabras de Díaz-Canel que afirmaban que “La orden de combate está dada: a la calle, los revolucionarios”, Chung emitió un segundo tweet mostrando preocupación por lo que denominó «llamados al combate», reiterando que Estados Unidos apoya el derecho de reunión pacífica del pueblo cubano.
We are deeply concerned by “calls to combat” in #Cuba. We stand by the Cuban people’s right for peaceful assembly. We call for calm and condemn any violence.
— Julie Chung (@WHAAsstSecty) July 11, 2021
Después, Jake Sullivan, Asesor de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, se pronunció también a través de Twitter, diciendo: “Estados Unidos respalda la libertad de expresión y reunión en toda Cuba y condena enérgicamente cualquier tipo de violencia o ataque a manifestantes pacíficos que ejercen sus derechos universales”. Sus declaraciones sorprendieron no solo por su contenido, sino también por la frecuencia con la que Sullivan se pronuncia sobre Cuba. Su intervención evidenció que la Casa Blanca seguía de cerca los acontecimientos.
The U.S. supports freedom of expression and assembly across Cuba, and would strongly condemn any violence or targeting of peaceful protesters who are exercising their universal rights. https://t.co/FjI8bUHoQE
— Jake Sullivan (@JakeSullivan46) July 12, 2021
La relevancia de la situación se hizo evidente cuando, en la mañana del lunes, el propio presidente Joe Biden emitió una declaración oficial, en la que dijo: “Expresamos nuestro apoyo al pueblo cubano y su demanda de libertad y alivio ante las trágicas consecuencias de la pandemia y las décadas de represión y sufrimiento económico infligido por el régimen autoritario de Cuba. El pueblo cubano está actuando con valentía al reivindicar sus derechos fundamentales y universales. Estos derechos, que incluyen el derecho a la protesta pacífica y el derecho a determinar libremente su propio futuro, deben ser respetados. Hacemos un llamado al régimen cubano para que escuche a su pueblo y atienda sus necesidades en este momento crucial, en lugar de enriquecerse”.
We stand with the Cuban people as they bravely assert their fundamental and universal rights, and as they all call for freedom and relief from the tragic grip of the pandemic and from the decades of repression and economic suffering. https://t.co/KGY3MFfsw0
— President Biden (@POTUS) July 12, 2021
Es notable que las declaraciones pasaron rápidamente del Departamento de Estado a la Casa Blanca, siendo esta última quien tomó el liderazgo en la comunicación.
Para aclarar aún más su posición, esa tarde la secretaria de prensa Jen Psaki dedicó varios minutos de su rueda de prensa diaria a proporcionar datos y estadísticas sobre las autorizaciones de exportaciones de Estados Unidos a Cuba en los últimos años. “Todo indica que las protestas de ayer fueron expresiones espontáneas de gente que está harta de la mala gestión económica y represión del gobierno cubano”, repitió dos veces durante su intervención.
1/ «Todo indica que las protestas de ayer fueron expresiones espontáneas de gente que está exhausta de la mala gestión económica y represión del gobierno cubano»
Esto fue lo que dijo la @PressSec de la Casa Blanca, Jen Psaki, durante su conferencia de prensa diaria pic.twitter.com/oYKhw9f6FW
— Monik (@m0n1kfs) July 12, 2021
Psaki intentó desvincular a Estados Unidos de los eventos en Cuba, negando que las acciones de su país estuvieran relacionadas con el origen de las manifestaciones, enfatizando en la asistencia humanitaria. Sin embargo, al citar ejemplos, se refería a los fondos destinados a la democracia, que el gobierno cubano siempre ha declarado se utilizan para fines de subversión.
El Secretario de Estado, Antony Blinken, fue el siguiente en pronunciarse, ofreciendo declaraciones televisivas que reflejaban puntos similares a los expresados anteriormente. Dejó claro que los manifestantes habían enfrentado violencia y represión, y llamó al gobierno cubano a escuchar y atender al pueblo, en lugar de intentar silenciarlo.
.@SecBlinken: Estados Unidos apoya al pueblo de Cuba que busca libertad y respeto por sus derechos humanos. La violencia contra los manifestantes pacíficos es abominable. Instamos a la moderación y al respeto por la voz del pueblo. pic.twitter.com/1rdoyDHVXm
— USA en Español (@USAenEspanol) July 12, 2021
Estados Unidos tiene dos razones fundamentales para mantener distancia e intentar que las protestas en Cuba no se conviertan en caos.
La primera es la creciente demanda—principalmente de cubanos exiliados—de que Estados Unidos intervenga militarmente en Cuba. Una petición en Change.org ha alcanzado casi 200,000 firmas, y la propia plataforma reconoce que es una de las más firmadas en tiempos recientes. Recientemente, el presidente Joe Biden anunció la retirada de tropas de Afganistán, intentando cerrar un ciclo de casi dos décadas de presencia militar en el Medio Oriente. Una intervención militar en Cuba sería completamente contradicha por estos objetivos tanto globales como regionales.
La segunda razón es que, si la situación se descontrola, podría desencadenarse un nuevo éxodo masivo, similar al que ocurrió tras el Maleconazo de 1994. En lo que va del año fiscal, la Guardia Costera estadounidense ha interceptado ya a medio millar de balseros. Tras cuatro años de fuertes polémicas migratorias y una crisis en la frontera con México, lo último que desea la administración Biden es recibir miles de emigrantes cubanos.
La realidad es que el gobierno cubano enfrenta una encrucijada política. Sin embargo, a Estados Unidos tampoco le conviene un estallido social que desencadene una crisis ingobernable. Hasta ahora, su postura ha sido cautelosa en sus declaraciones, pero resaltando que se trata de un asunto de máximo interés para ellos.