Estas obras literarias brasileñas transformaron el idioma en Cuba.

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La conexión entre los cubanos y las telenovelas brasileñas se estableció en la década de los ochenta con la serie “Una mujer llamada Malú”. La aceptación de este género, del cual Cuba tuvo un papel significativo en su desarrollo, ocurrió casi de inmediato. A lo largo de los años, diversas telenovelas brasileñas han llegado a formar parte del lenguaje cotidiano en la isla, destacándose varias de ellas. Recordemos solo cinco.

Vale todo

Estrenada en Brasil entre 1988 y 1989, esta telenovela arribó a Cuba unos años después, durante la década de los noventa, y se convirtió en una de las precursoras en enriquecer el lenguaje cotidiano cubano hasta el día de hoy. Lo que muchos nacidos en los 2000 quizás no sepan es que los hoy llamados “paladares” tomaron su nombre de la red de restaurantes “Paladar” impulsados por Raquel Acciolli, personaje interpretado por Regina Duarte en esta producción.

Te odio mi amor

Años más tarde, la planta Anthurium andraenum cambió su nombre en Cuba y desde entonces se le conoce como la flor de Jorge Tadeo (aunque el apellido original del personaje era Tadeu). La subtrama de este Don Juan, interpretado por Fabio Junior, capturó la simpatía de los cubanos, quienes, a pesar de que Lima Duarte y Renta Sorrah eran los protagonistas, tuvieron que competir con la popularidad de dicha flor en los jardines de la isla.

La próxima víctima

En 1995, O Globo lanzó esta telenovela escrita por Silvio Abreu y dirigida por Jorge Fernando. Cuando llegó a la isla, el suspenso, la traición y las investigaciones policiales protagonizadas por José Wilker, Tony Ramos, Suzana Vieira, Aracy Balabanian y Lima Duarte no solo mantuvieron en vilo a Brasil, sino que también hicieron que los cubanos se cuestionaran quién sería “la próxima víctima”, ya fuera hablando de alimentos o en otro tema en el que la frase se pudiera aplicar.

Señora del destino

En la década de los 2000, la pantalla chica nos presentó a María do Carmo, interpretada por Susana Vieira, quien lucha por recuperar a su hija perdida. Su antagonista es la malvada Nazaré Tedesco (Renata Sorah), quien le robó a su niña. A pesar de los diversos personajes interesantes en esta novela, el público cubano se mantuvo fiel a su originalidad, y los resfriados de la temporada comenzaron a ser llamados “Nazaré”, aunque es importante mencionar que otros villanos de telenovelas brasileñas ya habían llevado “tal honra” antes; sin embargo, Nazaré fue uno de los más memorables a lo largo del tiempo.

Rastros de mentiras

Estrenada en Cuba en 2016, esta telenovela es otro ejemplo donde la trama romántica y familiar entre Bruno (Malvino Salvador) y Paloma (Paolla Oliveira) agradó al público cubano. Sin embargo, fue Valdirene (Tatá Werneck), quien al intentar atrapar a un esposo millonario, dejó su huella en el léxico cubano. Todos aquellos que deseaban motivarse acerca de su capacidad intelectual se reconocieron en alguna ocasión como “inteligencia pura”, al igual que la carismática joven.

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