Imagen: RRSS
Escrito por: Fede Gayardo
El prominente escritor y crítico cubano Francisco López Sacha falleció este domingo en La Habana. Conocido cariñosamente como Sacha en los círculos literarios de la isla, su deceso se produjo a pocos días de cumplir 75 años, justo en el marco de la celebración de la Feria Internacional del Libro en Cuba, evento que en su edición anterior había rendido homenaje a su trayectoria.
Aunque los medios estatales no han precisado las causas de su fallecimiento, algunas fuentes indican que el artista estaba batallando contra el cáncer.
Un obituario del portal estatal CubaSí resalta su figura como “cuentista, ensayista y crítico”, destacando que “supo crear un universo literario en el cual el lenguaje y la memoria se entrelazan con una maestría inconfundible”.
Asimismo, se afirma que “su muerte priva a la cultura cubana de una de sus voces más lúcidas y apasionadas”.
Nacido en Manzanillo el 22 de febrero de 1950, Sacha destacó no solo como narrador, especialmente en el género del cuento, sino también como ensayista y crítico.
Graduado en Letras y con especialización en Teatrología, fue un fervoroso promotor de la literatura y la música, docente en el Instituto Superior de Arte y en la Escuela Internacional de Cine y Televisión de San Antonio de los Baños, además de ser cofundador del Taller de Formación Literaria Onelio Jorge Cardoso junto al también fallecido Eduardo Heras León.
Entre sus obras más reconocidas se encuentran las novelas El cumpleaños del fuego y El más suave de todos los veranos (2022), así como colecciones de cuentos como Descubrimiento del azul (1987), La división de las aguas (1987) y Variaciones al arte de la fuga (2011).
También publicó ensayos y trabajos historiográficos sobre narrativa y música, tales como La nueva cuentística cubana y Prisionero del Rock and Roll, además de antologías como Fábula de ángeles —en colaboración con Salvador Redonet— y La Isla Contada, el cuento cubano contemporáneo.
A lo largo de su trayectoria, recibió numerosos reconocimientos, incluyendo el Caimán Barbudo, Razón de Ser, La Gaceta de Cuba, Alejo Carpentier, y el Premio de la Crítica (2017), así como la Distinción por la Cultura Nacional.
El periódico estatal Trabajadores lo describe como una persona “elegante en su expresión, amante del diálogo fraternal, a veces polémico, no solo sobre su obra literaria, sino sobre cualquier tema relacionado con la historia, el arte, la literatura, el teatro, el cine, la enseñanza y la actualidad de la isla”.
Tras su fallecimiento, colegas y admiradores, tanto dentro como fuera de Cuba, han dejado miles de mensajes de condolencia y apoyo a sus amigos y familiares, especialmente a sus hermanas, su madre y sus hijos.