Foto: RL Hevia
Texto: Raul del Pino
Los vientos de ¿cambio? han alcanzado a la Federación Cubana de Béisbol (FCB). El organismo que rige el deporte nacional parece estar decidido a no seguir despidiendo a los mejores peloteros de la Isla y ha optado por desmantelar barreras que se erigieron desde 1959.
En un hecho sin precedentes en más de seis décadas, la FCB abrió este lunes las puertas del estadio Latinoamericano a cazatalentos de cuatro países para realizar un “tryout” (prueba de habilidades) con los principales prospectos menores de 23 años que aún se encuentran en el país.
Entre los «scouts» internacionales que estarán durante algunos días evaluando a los 80 peloteros seleccionados por la Comisión Nacional, destacan representantes de equipos japoneses como los Gigantes de Yomiuri y los Halcones de Softbol, que históricamente han mostrado interés por el talento cubano.
También llegó al Coloso del Cerro una representación del exigente béisbol asiático, incluyendo a los Leones de Seibu y los Lotte Giants, ambos de la liga surcoreana (KBO).
En cuanto al béisbol caribeño, se contó con la presencia de Luis Consuegra, propietario de una de las academias dominicanas de mayor prestigio, y del director de desarrollo de la Asociación Deportiva de Béisbol de Pichincha de Ecuador.
Este evento marca la primera vez que ocurre desde 1958 y parece que ha llegado para quedarse, ya que se pretende realizar al menos una vez al año, según informaron diversos reporteros de medios oficiales que estuvieron presentes en la presentación.
Sin embargo, el periodista Francys Romero, reconocido como una de las fuentes más activas en el ámbito del béisbol cubano, describió este movimiento de la FCB como un intento de comercializar contratos de jugadores de su sistema para evitar que continúen abandonando el país sin dejar ningún beneficio.
Según Romero, la intención de academias como la de Consuegra es captar prospectos de entre 18 y 20 años y, en caso de no firmar con una organización de MLB, trasladarlos a ligas del Caribe.
No obstante, la única forma en que estos jugadores, una vez “vendidos”, puedan firmar con organizaciones estadounidenses es cerrar el acuerdo antes de registrarse como agentes libres y romper cualquier vínculo con la FCB. Otra posibilidad sería demostrar a la Oficina de MLB que no residen en Cuba ni pertenecen al sistema de béisbol de la isla.
A pesar de que la noticia resulta alentadora frente a un futuro poco optimista para los peloteros que permanecen en Cuba, esto es solo el primer capítulo de una nueva telenovela vinculada al béisbol cubano, que seguramente presentará diversas subtramas, cargadas de suspenso, adrenalina, drama y hasta comedia. Solo queda esperar para ver.