Foto: RL Hevia
Texto: Hugo León
En primer lugar, se estableció el Consejo de Ayuda Mutua Económica con los países socialistas (CAME), luego el turismo, posteriormente la Alternativa Bolivariana para las Américas (ALBA) y más recientemente, debido a la dura realidad de que Cuba necesita recursos financieros para superar la crisis, la inversión extranjera se ha convertido en un tema recurrente en todos los foros y medios del país.
Para los máximos líderes de la nación, la inversión extranjera en Cuba representa un elemento crucial para el impulso de la economía nacional. En este sentido, han tomado medidas para flexibilizar la legislación que la regula. Sin embargo, la isla continua sin capturar toda la inversión necesaria, según diferentes estudios especializados. ¿Cuál es la razón detrás de esto?
Primero es necesario entender por qué la inversión extranjera ha cobrado tal relevancia para el gobierno cubano.
Si bien Cuba es la economía más grande del Caribe, se considera pequeña y su base productiva permanece rezagada. En una economía con tales características, la inversión extranjera resulta esencial, ya que puede ofrecer acceso a capital en divisas y a financiamiento que, de otra manera, sería complicado de obtener.
En el contexto cubano, este financiamiento es la única vía confiable para desarrollar la infraestructura y fomentar el crecimiento de las empresas locales, dado que la política económica de la revolución desmanteló la clase empresarial y la clase media que podían invertir en su propio país.
Además, la inversión extranjera conlleva la transferencia de tecnología y conocimientos. Las empresas extranjeras aportan técnicas y know-how que son tan valiosos como el capital que llega a la isla. Esto también colabora en la modernización de la industria local y en la mejora de la competitividad.
Pero… ¿ha tenido éxito la estrategia de atraer inversión extranjera en Cuba?
Entre 2021 y el primer semestre de 2023, Cuba ha logrado captar únicamente 67 negocios foráneos, con un capital que ronda los mil millones de dólares, según datos de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) y declaraciones del ministro de Economía y Planificación, Alejandro Gil, a la Asamblea Nacional del Poder Popular en julio de este año.
En total, Cuba cuenta con 334 empresas con inversión extranjera, de las cuales 56 tienen un 100 por ciento de capital foráneo, indicó Carlos Luis Jorge Méndez, director general de Inversión Extranjera de Cuba, durante la Feria Internacional de La Habana (FIHAV 2023).
El primer desafío es evidente: el país no ha podido atraer a un número suficiente de inversionistas, a pesar de tener “objetivos de inversión” anuales que superan los dos mil 500 millones de dólares.
El segundo problema es que el turismo sigue siendo el sector preferido por los empresarios, y este ámbito no ofrece un desarrollo tecnológico ni social a mediano o largo plazo para la isla. Para empeorar la situación, el turismo cubano ha sido el que más ha tardado en recuperarse en el Caribe tras la pandemia de Covid-19, con una ocupación hotelera que se mantiene por debajo del 20 por ciento.
Por otro lado, en 13 años, la Zona Especial de Desarrollo Mariel (ZEDM), que costó más de 900 millones de dólares solo en su construcción, ha mostrado menos de 65 negocios aprobados y apenas 36 en funcionamiento. El capital comprometido apenas supera los tres mil millones, y el capital ejecutado es solo un tercio de esa cantidad.
La ZEDM fue creada siguiendo el modelo de las exitosas “Zonas Económicas Especiales” de China en los años 80, uno de los pilares del crecimiento económico del gigante asiático. En la ZEDM, el socialismo cubano se entrelaza con algunas leyes del mercado, pero las normativas cubanas continúan sin ser atractivas para los inversionistas y el mercado interno no parece ser lo suficientemente amplio.
FIHAV, la otra alternativa
En medio de todo lo anterior, FIHAV, presentada por el país como la feria comercial más grande de la región, ha continuado celebrándose anualmente, salvo durante la pandemia. Esta feria incluye un “Foro de Inversiones” desde 2017, donde las oportunidades de negocio alcanzan decenas de miles de millones de dólares cada año.
La cartera de oportunidades para este año incluye 729 proyectos con un monto de inversión estimado en 34 mil 471 millones de dólares, según datos oficiales. Sin embargo, el problema radica en la discrepancia entre la ostentación con la que se presenta esta cifra y la realidad de que la captación de divisas no progresa como se requiere.
En enero de este año, el economista cubano Dr.C Juan Triana Cordoví lo sintetizaba de la siguiente manera: “sabemos qué y cómo hacer, pero los prejuicios pueden más que las urgencias”.
Se reconoce, por ejemplo, que la ciencia y la innovación son pilares del desarrollo, pero en ese sector se invierte menos; se habla de inversión extranjera pero no se eliminan los procesos burocráticos y se restringen los negocios y emprendimientos medianos que también podrían generar ingresos…
En resumen, Cuba necesita la inversión extranjera, y durante el gobierno del ex presidente Raúl Castro se eliminaron muchas de las restricciones, pero aún quienes deben facilitar su llegada están obstaculizados por la rigidez de la toma de decisiones, la burocracia, la falta de infraestructura y los prejuicios que afectan la mentalidad negociadora de los ejecutivos cubanos.