Giselle Lominchar y la perspectiva cubana a través del absurdo de #HABANALIKE.

Lo más Visto

Foto: Jorge Luis Borges

La actriz cubana Giselle Lominchar ha optado por continuar su trayectoria en la dirección audiovisual con “#HABANALIKE”. En esta ocasión, se adentró en el universo de las redes sociales, los parques wifi, la “particular” conexión a internet en Cuba, el ciberacoso, la intimidad, la violencia de género y otros temas, presentando una visión de absurdo tan real como la vida misma en la isla.

Giselle narra esta historia desde un parque wifi en La Habana, donde cuatro jóvenes desconectados de la realidad exploran el mundo virtual a través de sus perfiles, llevándolos rápidamente a confrontarse con la realidad que les rodea y con la imagen que aspiran a proyectar ante los demás.

Entre los personajes que Giselle nos ofrece se encuentran La Chica Pandora, Yusy, Papito, Coqui, El Hippie Come Flores y Couch Surfing, interpretados por jóvenes actores como Amelia Fernández, Milton García, Ingrid Lobaina, César Domínguez, Natali Rodríguez y David Pereira. Además, cuentan con la participación de renombradas actrices como Paula Alí y Maikel Amelia, así como del cineasta Fernando Pérez y de la propia Lominchar.

La trama se sostiene en una chica que anhela ser influencer y famosa, una joven atrapada en una relación tóxica, un joven que busca atraer la atención de su crush en redes sociales, el encargado de la conexión en el parque wifi, el artista cyborg que enfrenta la discriminación, y la chica extranjera que desarrolla una relación especial con su anfitrión y siente curiosidad por la realidad cubana.

Estos personajes crean un entramado de conflictos tan sorprendentes como cotidianos, que Giselle logró llevar a la pantalla desde su propia experiencia y que recientemente pudo ser disfrutado en el Cine Chaplin de La Habana, donde recibió una excelente acogida.

Cuba Noticias 360 conversó con la artista acerca de esta experiencia que le ha brindado muchas alegrías y que la sigue motivando a contar historias desde la isla.

¿Por qué decidiste hacer #HABANALIKE?

Decidí escribir el guión y filmarlo a partir de mis propios conflictos sobre el uso de las redes sociales y aprender a aceptarme como marca personal, al inicio de abrir mis perfiles. A través de la investigación, descubrí que era un sentimiento compartido por otros usuarios, y me pareció interesante abordar temáticas actuales que afectan especialmente a la juventud cubana, en un país que ha pasado de casi no tener internet al boom de las redes. Una transición muy fuerte cuando otros países ya alertaban sobre el uso de Internet y redes.

¿Cuánto de realidad y de ficción tiene el corto?

Para mí, el corto está lleno de realidad y juega con situaciones absurdas que, sin embargo, son parte de la vida cotidiana en nuestra isla, como el caso de Coqui, un personaje que se encuentra en una bañera en medio del parque wifi. Esto lo tomé de un vecino que solía hacerlo para refrescarse.

Hay también personajes que pueden resultar inusuales, como el cyborg, inspirado en personas reales como Neil Harbisson y Manel de Aguas, quien colaboró con nosotros durante la investigación. ¿Quién dice que mañana no pueda existir un cyborg cubano?

Tú también eres actriz, ¿cómo fue la experiencia de dirigir a otros actores?

Hice un cameo en el corto, que se presenta como un monólogo y es parte de una reflexión y un juego conmigo misma. Trabajar con los actores fue una de las partes que más disfruté del proceso. Tuvimos numerosas sesiones de ensayo, incluso en locación. Fue un trabajo en conjunto con cada uno en la búsqueda y creación de los personajes, tanto psicológica como físicamente, lo cual era muy importante.

¿Planeas continuar dirigiendo?

¡Por supuesto! #HABANALIKE fue mi segundo corto y ya he escrito otro durante mi postparto que trata sobre la maternidad.

¿Tienes alguna anécdota que quieras compartir sobre el rodaje o el estreno?

El rodaje, aunque no lo parezca, fue muy estresante a nivel de producción. Estuvimos en una situación complicada porque filmamos durante la pandemia y tuvimos que realizar todo en solo dos días.

Pasaron muchas cosas; se rompió una cámara y Wajiros Films rápidamente nos ayudó a salir del apuro, llovió intensamente… pero al final creo que eso le dio un toque más dramático a las escenas finales y lo supimos aprovechar. Todo el equipo estaba muy enfocado, y creo que eso ayudó a que el proyecto saliera adelante, a pesar de que en un momento las circunstancias parecían conspira para que no pudiéramos terminar el rodaje.

También recibimos mucho apoyo de empresas estatales como Cervecería Bucanero S.A y Ciego Montero, así como de negocios particulares como Mandao, Innatus, Tarecolandia, Wasasa y Giorgio Online, que nos ayudaron con vestuarios, meriendas e incluso comidas de las escenas, reflejando además la publicidad de estos mismos en el mundo virtual. Todo fue muy intencional.

¿Cómo ha sido la acogida del público que ya ha visto la película en el cine?

Estoy muy contenta porque el público lo ha entendido y disfrutado. Escuchaba sus risas y al final salían comentando. Los jóvenes inmediatamente compartieron en redes sociales y nos escribieron dándonos sus felicitaciones. Creo que todos estamos muy felices y agradecidos.

¿Es tu corto un reflejo de la Cuba actual?

Sí, aunque lo escribí hace algunos años y se filmó durante la pandemia, refleja lo que observamos en las redes. Quizás ya no se utilizen tanto los parques wifi, pero situaciones como el acoso, tanto físico como virtual, son parte de nuestra cotidianidad.

Más Noticias

Últimas Noticias