Fotos: VincentKorPhotography (Vincent Coris)
Gretell Sanabia hizo su debut recientemente en el concurso La Voz, en su edición de Perú. Desde el inicio ha recibido excelentes críticas del jurado, quienes incluso tuvieron «una lucha» por contar con la cantante en sus equipos.
El público la conoce como «La cubana», y actualmente forma parte del equipo de la cantante peruana Eva Ayllón.
Fue Ayllón quien giró su silla en primer lugar tras escucharla a ciegas, sorprendiendo a todo el público con su talento.
Lo que muchos quizás no conocen es que Gretell, con 30 años, es Licenciada en Letras por la Universidad de Santiago de Cuba, su ciudad natal, donde también se dedicaba profesionalmente a la música, cantando en diferentes formatos.
La santiaguera, que brilla en los escenarios del programa televisivo, tiene detrás una historia que refleja la de muchos cubanos, ya que llegó a Perú cruzando fronteras «buscando una mejoría en el aspecto personal y profesional para mi familia y para mí».
Aunque aún La Voz se encuentra en su fase inicial, las audiciones, ella mantiene altas expectativas y mejores deseos, asegurando que entregará todo en cada presentación. Esta energía ha sido palpable para el público que la sigue.
¿Qué significa para ti en el ámbito personal y profesional La Voz Perú?
Para mí, La Voz Perú representa un reto personal, ya que, a pesar de haber cantado desde pequeña en festivales y concursos, nunca había participado en un formato internacional, en un país que no es el mío, pero al que considero mi segundo hogar, intentando conquistar el corazón de los peruanos con mi voz. Profesionalmente, veo esta experiencia como una maravillosa plataforma para aprender y darme a conocer en el mundo.
¿Cómo ha sido hasta ahora tu experiencia en el concurso?
Está siendo increíble. Siento que cada día crezco más como artista y como ser humano, aprendiendo de todo y de todos, comenzando por el equipo de producción, que está compuesto por profesionales, así como de todas las personas maravillosas que tienen tanto talento.
¿Cómo has sentido el apoyo del público?
Todo este proceso ha sido mágico para mí. Nunca imaginé que mi audición en La Voz Perú tuviera tanto alcance a nivel internacional, aunque sé que cuando se combinan las buenas vibras, las energías positivas, la humildad, el agradecimiento y la bendición, se pueden lograr cosas maravillosas e inimaginables. Estoy muy agradecida con cada persona que ha hecho posible esto, cada día me convenzo de que somos más quienes tenemos empatía, que compartimos el éxito ajeno como propio y que valoramos lo que significa sacrificarse y luchar por los sueños. Especialmente agradezco a mis compatriotas cubanos, que desde muchas partes del mundo se han unido a apoyarme sinceramente. ¡Los amo!
¿Qué se siente ser «La cubana» de La Voz Perú?
Ser «La cubana» de La Voz Perú es un gran compromiso para mí, ya que no solo represento a un país, sino que en mí se ven reflejados todos esos jóvenes artistas que, como yo, anhelan una oportunidad de crecer. Estoy muy orgullosa de mi identidad y donde quiera que vaya defenderé y compartiré mi esencia, cultura y raíces con amor.
Luego de La Voz, ¿qué trayectoria profesional te has planteado?
Me planteo crear mi propio proyecto, defender mis canciones y hacer una proyección hacia el público internacional, para que más personas conecten con mi voz, se identifiquen con mi estilo y me acompañen en este mundo de la música, que es de constante crecimiento y aprendizaje.
¿Qué mensaje le envías a quienes te admiran y siguen en el concurso tanto en Cuba como en el mundo?
A todas las personas que me siguen en el concurso, les envío mi más sincero y profundo agradecimiento. Antes que artista, soy un ser humano y siempre defenderé el respeto, la empatía y el sentimiento que nos hace mejores personas. Quiero decirles que en la vida no hay imposibles cuando creemos en nosotros mismos, y que todo lo que nos proponemos se puede alcanzar con constancia, entrega, pasión y fe.
Si tuvieras que definirte en una frase, ¿cuál sería?
Soy una mujer que no canta para que se escuche perfecto, sino para trascender genuinamente con mi voz.