Incertidumbre en la población sobre la vacunación | Cuba Noticias 360

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Los candidatos vacunales cubanos, especialmente Soberana 02, que se encuentran en la fase final de ensayos clínicos, generan grandes expectativas para frenar la transmisión del coronavirus en la isla. Sin embargo, medios de comunicación y personal de salud pública y gubernamental están enfrentando ciertos indicios del movimiento antivacuna en estos lugares.

“Y no se trata de algo externo”, como mencionó recientemente un comentarista del noticiero de la televisión cubana. “Aquí en Cuba he escuchado a algunas personas expresar su preocupación, tener dudas y temer las posibles secuelas, e incluso afirman que es mejor que otros se vaccinen primero por precaución.”

Frente a la alarma que representa esta corriente de desconfianza, que hasta ahora era más común en países europeos y no así en Cuba, el periodista subrayó que ha escuchado a madres decir que no planean vacunarse. Además, afirmó que no comprenden que aún no hay una vacuna efectiva diseñada para menores de 16 años. “Entonces, si esa madre no se vacuna y se contagia, ¿cómo protege a su hijo?”, se cuestionaba.

Entre las razones que utilizan los antivacuna se encuentran rumores sobre nanopartículas de aluminio en las vacunas, la falta de cultivo de virus, y la creencia de que desarrollar vacunas en tiempo récord aumenta los riesgos para la salud humana, entre otros argumentos.

Asimismo, no se excluyen las llamadas “teorías de la conspiración” que sostienen que las vacunas pueden causar una variedad de efectos secundarios, tales como infertilidad o alteraciones genéticas permanentes, así como rumores infundados que vinculan muertes recientes a la vacunación contra la Covid-19.

Ante esta creciente preocupación, que amenaza la inmunidad colectiva, se recuerda que a principios de 2019 la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró que las dudas y el rechazo a las vacunas son una de las diez principales amenazas para la salud global, incluso antes de que la pandemia hiciera estragos en el mundo.

El informe menciona que la primera dosis contra la Covid-19 se administró el pasado 8 de diciembre, y desde entonces Pfizer-BioNTech ha distribuido cerca de 312 millones de dosis a nivel mundial; mientras más de un millón de personas han fallecido a causa del Covid-19, el número de decesos por complicaciones derivadas de la vacunación se mantiene en cero.

Expertos como la Doctora Belkys Galindo, Epidemióloga y asesora del grupo de vacunas del Instituto de Medicina Tropical “Pedro Kourí”, destacan que las vacunas previenen cerca de 2.5 millones de muertes anuales en niños menores de cinco años.

Sin embargo, advierte que en los últimos años ha habido un aumento en el rechazo a la vacunación, el cual se asocia con movimientos antivacuna que son colectivos de personas que, por diversas razones filosóficas, religiosas, políticas, científicas y sanitarias, creen que las vacunas representan más riesgos que beneficios. Esto fue expuesto en el programa de televisión “Pasaje a lo Desconocido”.

La científica subrayó que esta tendencia ya no es exclusiva de los países desarrollados; otras naciones con menos desarrollo también están difundiendo teorías basadas en rumores infundados. Además, enfatizó que los fármacos deben contener elementos que mejoren la respuesta inmune y mantengan la estabilidad del antígeno, sin que ninguno de sus componentes haya resultado nocivo para la salud, especialmente en los niños.

La Doctora Dagmara Cejas, directora jurídica del Ministerio de Salud Pública (MINSAP), al referirse al movimiento antivacuna en Cuba, señaló que la Constitución de la República de Cuba reconoce el derecho de los ciudadanos a decidir, lo que implica acceso a los derechos humanos y a elementos relacionados con el ejercicio individual.

No obstante, destacó que el artículo 45 de la Constitución estipula que los derechos de los ciudadanos están limitados por los derechos de otros. Así, el Estado debe tener en cuenta el ordenamiento legislativo del país y el reconocimiento de la seguridad colectiva.

Es fundamental entender que el fenómeno del movimiento antivacuna no debe verse únicamente desde el ámbito legal y como un tema de derechos individuales, ya que la negativa a vacunarse puede tener consecuencias reales al convertirse en un vehículo de propagación de enfermedades y potencialmente generar epidemias o pandemias, como la que actualmente se enfrenta, fundamenta la jurista.

De hecho, los científicos cubanos hoy solicitan confianza, según la comunidad que ha combatido la epidemia de Covid-19 desde su llegada a la isla. Aseguran que han ganado ese voto de confianza en un país que produce casi el 80% de las vacunas que utiliza su programa nacional de inmunización, fabrica ocho de las doce vacunas administradas a los niños y exporta vacunas a decenas de países.

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