Foto: Cuba Noticias 360
Con más de 1,051 kilogramos de sustancias confiscadas —incluyendo cocaína, marihuana, metanfetamina y cannabinoides— y un gran número de arrestos, las autoridades cubanas continúan firme en su política de «tolerancia cero» hacia las drogas.
Según los informes del Ministerio del Interior que han sido divulgados por la prensa oficial, «en 2024 se mantuvo el impacto principal a través del canal marítimo, con 133 incidentes de recalos de drogas que resultaron en la incautación de 844,13 kilogramos (kg). Se destacó la ocupación de cocaína (619,72 kg), seguida de la marihuana (222,089 kg) y el hachís (2,322 kg). Se registraron nueve incidentes de escamoteo, con 25 detenidos y 37.47 kg de drogas confiscadas».
Esta situación pone de manifiesto la creciente vulnerabilidad de las costas cubanas frente a las rutas internacionales del narcotráfico, a pesar de los esfuerzos oficiales por fortalecer las medidas de control. Surge la pregunta: ¿cuántos casos no fueron detectados?
Adicionalmente, el descubrimiento de 105 casos de cultivo de marihuana dentro del país señala que este desafío no es únicamente externo, lo que contradice el discurso oficial que afirma que Cuba es solo un punto de tránsito y no un centro de consumo o producción.
Asimismo, se frustraron 157 operaciones de tráfico interprovincial, resultando en 267 arrestos y la incautación de 73.03 kg de drogas, con los mayores incidentes reportados en La Habana, Camagüey, Holguín, Granma y Santiago de Cuba.
El incremento en los intentos de introducir drogas por medio aéreo y postal sugiere, de acuerdo a la información, la utilización de métodos más sofisticados y difíciles de detectar.
«Se frustraron en los aeropuertos 28 intentos de introducir drogas, de los cuales cinco se intentaron por el canal postal. En otros 13 casos se actuó en la profundidad, y se previeron tres en EE. UU. que se evitaron que llegaran a nuestro territorio».
A nivel judicial, las estadísticas reflejan una política de «mano dura», donde el 97 % de los acusados fueron sancionados, y el 94 % de esos casos resultaron en privación de libertad.
No obstante, ¿ha conseguido el gobierno reducir el acceso a las drogas o disminuir el número de casos, o son solo cifras que intentan evidenciar la supuesta eficacia del sistema?
La realidad indica que el país enfrenta desafíos cada vez más complejos en su lucha contra las drogas. Más allá de los decomisos y arrestos, es crucial examinar con mayor transparencia las causas de este fenómeno y reconsiderar estrategias que no solo se centren en la represión, sino también en la prevención efectiva y la atención a los sectores vulnerables de la sociedad.