Este 2 de marzo, se da inicio en la capital cubana a un protocolo perfeccionado para enfrentar la COVID-19, el cual contempla la administración domiciliaria del Nasalferón a contactos de casos positivos y a sus convivientes.
La terapia será monitoreada en los hogares por médicos, enfermeras de la familia y estudiantes de los últimos años de la carrera de medicina. Además, se está considerando la posibilidad de expandir esta medida al resto de las provincias del país.
Es importante recordar que Cuba comenzó a aplicar el Nasalferón a viajeros y sus familiares desde el 7 de enero, un medicamento de la industria biotecnológica diseñado para prevenir la transmisión del SARS-CoV-2 y fortalecer el sistema inmunológico.
Dada la reciente alza de contagios, que ha llevado a que las salas y centros de aislamiento superen su capacidad, esta alternativa busca asegurar que ningún contacto de un caso positivo de COVID-19 quede sin aislamiento, aun mientras se continúan creando las condiciones necesarias en todos los territorios.
La Habana, ante el preocupante aumento de casos, implementa un aislamiento domiciliario que incluye medidas similares a las brindadas en los centros de aislamiento, tales como visitas diarias por parte de médicos, enfermeras y estudiantes de medicina.
Por lo tanto, es fundamental que las familias respeten el período de aislamiento en sus hogares para incrementar la percepción de riesgo y peligro.
El propio ministro de salud cubano ha informado que la letalidad acumulada desde la detección de los primeros contagios —el 11 de marzo de 2020— hasta finales de febrero es de 0,64 por ciento (50,590 casos con 324 defunciones). En el mes de febrero se reportó una letalidad de 0,47 por ciento (22,998 casos con 108 fallecidos).