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Texto: Fede Gayardo
La migración se ha convertido en una de las prioridades más relevantes para los jóvenes cubanos, un hecho que no sorprende y que ha sido corroborado por un estudio realizado por el Proyecto de Investigación sobre Migración del Departamento de Psicología de la Facultad de Sociología de la Universidad de Oriente.
Según un informe publicado en la prensa estatal cubana, “los jóvenes son el grupo poblacional que más está emigrando en la actualidad” y que “se proyectan hacia otro destino”.
El estudio tiene como objetivo profundizar en los efectos de este fenómeno, adoptando una perspectiva multidisciplinaria que incluye la colaboración de sociólogos, pedagogos, periodistas, comunicadores sociales, economistas y psiquiatras, entre otros expertos.
La Dr.C. Raida Margarita Dusu Contreras, Jefa del Departamento que lidera el proyecto, destacó que en la Universidad “se percibe el impacto de esta situación en el sector juvenil, que representa el principal grupo migrante y que altera sus planes de vida”.
Además, la especialista mencionó que este fenómeno provoca una pérdida de motivación hacia los estudios y que “un porcentaje considerable de estudiantes afirma que su principal razón para estar en espera es la emigración”.
Un dato notable que compartió la directiva es que “en los niños, cuando se aplicó la dinámica psicológica de los cinco deseos, el principal deseo manifestado fue ‘salir del país’”.
Entre los problemas detectados se encuentra que adolescentes y jóvenes, en su proceso de formación y desarrollo de proyectos, se imaginan en otros lugares. Esto repercute en las etapas de autoidentificación y en la percepción de su futuro, lo que afecta su manera de enfrentar la vida en el presente y de definir su futuro.
El estudio también indica que, debido a que la migración se ha convertido en una de las principales aspiraciones desde la etapa escolar, “cuando esos planes son postergados o chocan con otros deseos importantes, surgen frustraciones y conflictos que pueden tener consecuencias psicopatológicas”.
En este contexto, se ha observado la aparición de depresión, común ya entre niños y sus familias, así como ansiedad y conflictos con las personas que se quedan en el país o con aquellos que han emigrado. “Esto sucede porque a menudo las expectativas no se cumplen en el tiempo anticipado”, agrega el informe.
La investigación también identificó un mecanismo de defensa ante esta situación, denominado “la fantasía o el sueño de una realidad no alcanzada”.
Se informó que “la persona crea este mundo cuando aún no se ha concretado. La fantasía impide enfrentar la realidad del presente; se abandona la carrera y el trabajo en espera de esa realización. Se idealiza la realidad soñada, con el riesgo de comprometer el bienestar físico y emocional para lograrla a toda costa”.
Finalmente, la experta en Psicología enfatizó que el símbolo de la emigración se basa en “la idea de prosperidad más allá del lugar de origen” y hizo un llamado a “preocuparse y actuar frente a esta realidad”, sugiriendo alternativas tanto en políticas públicas como socioeconómicas, que respondan a las necesidades y motivaciones de las personas, para que puedan visualizar un futuro aquí.”