José Ramón Rodríguez: un relato de sufrimiento y rescate.

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Fotos: Yuhki Ohboshi y cortesía del entrevistado

Texto: Raúl del Pino

Pepe, el guajiro de Santa Cruz del Sur, es un hombre afable y bromista, como bien se diría en el mejor cubano posible. Un tipo “vivo”, de esos que siempre están listos para dar “chucho” en una conversación entre amigos. Pero a su vez, José Ramón Rodríguez es un atleta dedicado a sus metas, un verdadero trabajador con una mentalidad de acero inoxidable. Solo así ha logrado superar todos los obstáculos que se le han presentado en su camino.

Hoy, tras varios años de esfuerzo y de enfrentarse a diversas adversidades, tanto en lo profesional como en lo personal, el sueño de su vida se asoma radiante en el horizonte, como el sol que amanece. Este es el fruto de un esfuerzo del que solo es consciente el flamante número 30 de un histórico equipo Cuba, a las puertas de debutar en el V Clásico Mundial.

Su participación en el magno evento del béisbol mundial ocupa la mayor parte de una larga conversación con Cuba Noticias 360, pero antes de llegar a lo que él define como “el momento más importante” de su carrera, el espigado lanzador originario del sureño municipio camagüeyano hace una pausa y mira hacia atrás. Recordar el pasado, sobre todo cuando se estuvo a punto de perderlo todo, puede resultar un ejercicio doloroso, pero no para él, aunque reconoce que esa lesión a los 25 años marcó un antes y un después en su vida.

“La lesión en mi brazo de lanzar llegó cuando estaba en mi mejor forma, en el año 2017. Era un momento en que estaba prácticamente establecido en el equipo nacional. Sentí una molestia en el codo que me impedía lanzar y, tras un tiempo, decidí consultar a los especialistas del hospital Frank País, donde me dijeron que necesitaba una cirugía Tommy John. En ese momento, mi mundo se vino abajo, así que esperé unos días, lo hablé con mi familia y decidí tomar la rienda y entrar al quirófano. Después de la operación, enfrenté una larga etapa de recuperación. Lo más duro fue lograr la extensión total del brazo, lo cual me tomó de seis meses a un año. Luego fui a Pinar del Río y comencé a trabajar con el profesor Cortina para fortalecerme y volver a lanzar.

¿Durante todo ese largo proceso, cuál fue el momento más difícil para ti?

Fue poco después de comenzar a trabajar con el profesor Cortina. A las dos semanas empecé a sentir nuevamente una molestia en el brazo operado. Recuerdo que ese día llegué más temprano al estadio Capitán San Luis y me senté a esperarlo. Cuando lo vi llegar, no pude contener las lágrimas. Me sentía inseguro, no sabía si podría volver a lanzar, pero él me dio tranquilidad y me dijo que esa molestia era algo que podía suceder. Ese día no entrenamos y partimos directo a la terminal para sacar un pasaje para La Habana. Cuando vi al médico en el Frank País, me examinó, me mandó a rehabilitación y dijo que me iba a recuperar.

Una vez de regreso a tu equipo Camagüey en la Serie Nacional, seguiste trabajando duro…

Fue un trabajo muy intenso. Después de superar la lesión, fui al gimnasio del profesor Lázaro, en Camagüey, y él nos entrenó a mí y a otros compañeros del equipo de manera excelente. Primero trabajamos la fuerza para luego adquirir todo lo demás. Me preparé muy bien, tanto físicamente como psicológicamente. Hice ajustes en la zona de strikes, perfeccioné algunos lanzamientos y mejoré la velocidad, ahora estoy más fuerte que antes. En cada salida durante la Serie, le puse el mayor interés y logré nuevamente situarme entre los mejores lanzadores del país.

Y llegaron nuevamente las convocatorias a preselecciones nacionales…

Ver mi nombre en el equipo de Cuba de nuevo me hizo sentir muy bien, evidenciando que ya estaba recuperando mi forma anterior. Tuve la oportunidad de lanzar en Holanda (Torneo de Haarlem, julio 2022) contra Estados Unidos y lo hice bastante bien. Más adelante, me dieron la bola en el primer juego en Bahamas (Copa del Caribe, diciembre 2022) y después en la semifinal, donde tuve dos buenas actuaciones. Me había preparado intensamente para lucir bien, porque sabía que pronto llegaría la preselección para el Clásico. Y cuando fui elegido, ya había cumplido una parte significativa de la meta que me había trazado tras la operación.

Esta ha sido una de las mejores preparaciones de Cuba para un evento internacional, casi dos meses, desde principios de enero…

En La Habana estuvimos 20 días entrenando, nos alojaron en el Hotel Cohíba, y la preparación fue excelente, ahí comenzamos a calentar motores. Los atletas más experimentados hicieron sus ajustes y fortalecimiento, y en el caso de nosotros, los lanzadores, contamos con el profesor Cortina, quien nos ayudó intensamente con la mecánica, los ejercicios de velocidad de reacción y el control de los lanzamientos…

De lo vivido hasta ahora en los topes de preparación en Japón y Taiwán, ¿qué crees que le falta al equipo para lograr el objetivo de avanzar entre los dos primeros del grupo?

No creo que falte mucho. Los bateadores ya han hecho sus ajustes, el tiempo es breve, pero se han adaptado al pitcheo rápido, han bateado rectas sobre las 95 millas y se ven bien con los lanzamientos en rompimiento. El pitcheo también ha estado en buena forma en general, con buena velocidad y control. Con la confianza y el empuje de todos, tanto jugadores como del banco, creo que los resultados serán positivos. Solo hay que dar lo mejor para mantener un ambiente positivo y que las cosas fluyan de la mejor manera.

¿Te sientes listo para abrir un juego en el Clásico?

Si se me presenta la oportunidad, puedo hacer el trabajo. Me he preparado bien y me siento en excelentes condiciones. Estoy muy fuerte mentalmente y tengo mucha confianza en mí mismo. Estoy en condiciones de afrontar cualquier situación en la que me coloquen, ya sea de abridor, cerrador o en relevos largos, cualquier rol que necesite el equipo.

¿Han estudiado a los rivales, ya saben cómo juegan los equipos a los que se van a enfrentar?

Tenemos algunos profesores que han trabajado en el scouteo. Para la competencia, tendremos detalles sobre los bateadores de Países Bajos, que será nuestro primer rival. Sabemos que son agresivos y tienen muy buen contacto. Trabajaremos para cuidar los lanzamientos.

Cuéntame cómo ha sido la rutina en estos días previos al Clásico, qué hacen en su tiempo libre, cómo manejan la ansiedad…

En nuestro día a día, nos levantamos, desayunamos e iremos a entrenar. Cuando hay juego, entrenamos antes y luego regresamos al hotel. El resto del tiempo lo dedicamos a descansar en la habitación; nos conectamos a internet y algunos juegan Play Station. El horario para comunicarse con nuestras familias en Cuba es un poco incómodo, porque ahora hay 13 horas de diferencia en Taiwán, en Japón eran 14, pero siempre hay un espacio para hablar, casi siempre temprano en la mañana o en las noches.

Se ha comentado que estaban dedicando bastante tiempo a comprar “pacotilla” y que el mánager los había regañado…

Eso que se estaba comentando en las redes es falso. (El mánager Armando) Johnson nunca mencionó eso en una reunión, que estábamos perdiendo juegos y debíamos concentrarnos más en los entrenamientos y dejar de comprar pacotilla. Incluso estuvimos en un hotel donde podíamos salir libremente, pagar un taxi, salir a comer o comprar lo que quisiéramos. Este es un nivel muy alto, donde todos son profesionales y saben lo que tienen que hacer y lo que no. Jamás Johnson nos dijo eso, al menos no a nosotros.

Me imagino que había mucha expectativa respecto a la incorporación de los atletas de MLB…

Todos estaban ansiosos por la llegada de la “caballería”, como le decimos. Muchos de ellos jugaron con los equipos Cuba en su momento, son de sangre cubana, caliente, aunque ahora tienen una mentalidad diferente por su experiencia en otros ámbitos del béisbol. Pero vienen a darlo todo, no solo porque tienen condiciones y calidad, sino porque el uniforme del equipo Cuba es muy significativo para ellos.

¿Ha existido buena química entre todos?

La dinámica del grupo ha mejorado notablemente, el equipo ha cobrado un segundo aire, se percibe un ambiente más favorable. Ellos se han ajustado rápidamente, se les ha visto conectando bien con la bola; son peloteros acostumbrados a competir a un alto nivel de béisbol, y creo que tenemos buenas chances de destacar con su incorporación, se ven muy bien.

¿Se ven con opciones reales de llegar a Estados Unidos? Para eso tendrían que clasificar primero y probablemente ganarle a Japón o Corea en un hipotético cruce…

En la vida siempre hay que tener metas ambiciosas. No lo veo imposible. Estamos aquí, tenemos la oportunidad de hacerlo y contamos con un equipo capaz de llegar hasta Estados Unidos. Estamos mentalizados para enfrentar a Corea, Japón o cualquier rival que se nos presente, esa es la meta y creo que es posible. Yo siempre he dicho que mi sueño de niño es lanzar en el Yankee Stadium, aunque sea solo tres innings allí. Pero si llegamos a la final en Miami y me toca lanzar, aunque no sea en el Yankee, podré afirmar que cumplí mi sueño. Nada es imposible.

Independientemente de lo que suceda en el Clásico, ¿ya tiene José Ramón Rodríguez planes de futuro? ¿Algún contrato en el horizonte, algún equipo interesado, algún scout que se haya acercado…?

Nadie se me ha acercado todavía, pero espero que este evento sea la puerta hacia un contrato, espero que en el futuro llegue alguna oportunidad.

Sé que tienes muchas personas pendientes de ti en Camagüey, en toda Cuba y también en otros lugares del mundo, gente que nunca se apartó de ti en los momentos más difíciles…

Solo tengo palabras de agradecimiento para todas esas personas que siempre se han preocupado por mí y que han estado pendientes. Gracias a ellos, siempre salgo al terreno a luchar por mis sueños, por lo que amo, que es el béisbol. Les digo que sigan confiando, que siempre daré lo mejor de mí y que me seguiré superando cada día más.

Aunque el torneo todavía no ha empezado, ¿sientes que estás viviendo el momento más importante de tu carrera?

Sí, sin duda alguna, es el momento más significativo de mi carrera. No solo por la competencia en sí. También he tenido la oportunidad de conocer a atletas que son cubanos y que están en Grandes Ligas, en equipos de alto nivel, incluso algunos que han sido campeones de Serie Mundial, como Roenis Elías. He tenido conversaciones con él, me ha compartido sus experiencias y su anillo de campeón con Washington (Nationals). Me siento muy motivado por poder compartir con este grupo, donde todos son verdaderamente profesionales. Siento un gran orgullo de estar aquí.

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