La belleza tiene su precio: el alto costo del maquillaje en Cuba.

Lo más Visto

Foto: RL Hevia

Afortunadamente para las mujeres cubanas, los ideales de belleza más populares en la isla suelen resaltar características naturales: una figura curvilínea, el tono de la piel, y una actitud sin prejuicios. Es un alivio que las cubanas no sean conocidas por utilizar toneladas de maquillaje, mostrando sus rasgos distintivos con una frescura que podría calificarse incluso de salvaje.

El enfoque minimalista en el maquillaje en Cuba podría explicarse por el clima: la exposición al sol y al intenso calor tropical desaconseja cargar a las mujeres con productos que, bajo el sol del mediodía, se derriten y escurren del rostro, dejando a las cubanas, al menos a las de a pie, con una apariencia poco favorecedora.

Quizás por esta razón, el kit básico de maquillaje incluye algún tipo de base o polvo para reducir el brillo facial, un ligero rubor para acentuar las mejillas, sombra para los ojos, delineador, rímel y lápiz labial en diversas tonalidades. Y hasta aquí.

Este limitado repertorio de cosméticos se vio aún más disminuido durante la pandemia, cuando se instauró el uso de mascarillas, lo que llevó a que los productos se volvieran obsoletos y las bases líquidas quedaran estancadas en los cajones.

Tras superar lo peor de la COVID-19, hay quienes desearían que las mascarillas regresaran, no por su función preventiva, sino porque el aumento en el precio del maquillaje ha sido sorprendente y, de vez en cuando, sería útil ahorrar unos miles de pesos detrás de ese incómodo trozo de tela.

La inflación en el sector de cosméticos afecta, por supuesto, más a las adolescentes y jóvenes, quienes consideran que lucir atractivas es, a grandes rasgos, una prioridad. O también a aquellas cubanas con un mayor poder adquisitivo que, al contar con otras necesidades cubiertas, pueden permitirse pagar 5 USD por un pequeño tubo de base líquida, 5,000 pesos por una paleta de sombras «de marca» o 10 Euros por una crema facial de Nivea.

Las mujeres «normales», aquellas que se suben a una bicicleta ante la falta de transporte público para conseguir los alimentos del hogar; las que pasan la mañana haciendo largas colas en la farmacia; y las que se bajan de las guaguas abarrotadas, que deben retocarse al llegar al trabajo… esas mujeres no ven el maquillaje como una preocupación.

Se las ingenian con lo que tienen: el lápiz de ojos que compraron para su hija pero que volvió porque a la joven no le gustó el color; el polvo Lancome que les dejó la prima de España que estuvo de visita el mes pasado; el rímel casi seco del que siempre pueden sacar un poco más; o, en el mejor de los casos, el delineador que el esposo les obsequió el 14 de febrero.

Porque la cubana «normal» también tiene aires de coquetería, pero sabe que el maquillaje caro es opcional. Existen otros «lujos» —como el arroz a 300 pesos o un litro de aceite a 1,000— de los que, lamentablemente, no puede prescindir.

Más Noticias

Últimas Noticias