Foto: Archivo CN360
Texto: Hugo León
Cuba ha estado atravesando una preocupante tendencia de disminución en sus tasas de natalidad a lo largo de las últimas décadas, un fenómeno que se suma al éxodo migratorio que afecta la isla y que pone en riesgo el reemplazo generacional necesario para el país.
Las cifras más recientes sobre esta situación fueron proporcionadas esta misma semana por organismos estatales, y los resultados son alarmantes, según expertos en el tema.
Según el Ministerio de Salud Pública (Minsap), en el año recientemente finalizado, se registraron 71 mil 374 nacidos vivos, lo que representa 19 mil menos que en 2023, constituyendo un duro golpe para la nación. Para el gobierno, se trata de “una realidad que presenta retos adicionales a la dinámica demográfica de la nación”.
Aunque se trata de datos preliminares de la Dirección de Registros Médicos y Estadísticas de Salud, es poco probable que el número final varíe de manera significativa, a juzgar por informes anteriores. El mismo informe indica que al cierre de 2024, la tasa de mortalidad infantil en Cuba se mantuvo en 7.1 por cada mil nacidos vivos.
Baja natalidad en Cuba
La baja natalidad en Cuba ha sido una preocupación constante durante varios años, atribuida a múltiples factores socioeconómicos, entre ellos la emigración de jóvenes en busca de mejores oportunidades en el extranjero, el envejecimiento de la población y las dificultades económicas que desincentivan a las familias a tener más hijos.
Las implicaciones económicas de una población que envejece rápidamente son significativas, ya que disminuyen la fuerza laboral disponible y aumentan la presión sobre el sistema de salud y pensiones.
Además, las políticas gubernamentales y las condiciones de vida han influido considerablemente en la decisión de formar familias más pequeñas. La falta de vivienda adecuada y accesible, los bajos salarios y la escasez de recursos básicos son problemas persistentes que también contribuyen a la baja natalidad.
