Foto: Tom Brenner | The New York Times
Los magistrados de la Corte Suprema han fortalecido un nuevo patrón judicial que favorece a los conservadores religiosos y promueve una mayor interrelación entre la Iglesia y el Estado.
Esta resolución refleja la perspectiva de la mayoría conservadora, que sostiene que las voces de los creyentes están siendo silenciadas. Esta decisión pone en riesgo una serie de fallos que se remontan a 1962, los cuales han prohibido las oraciones oficiales en las escuelas.
Además, es importante destacar que esto ocurre menos de una semana después de que el mismo tribunal determinara que los estados que financian la educación privada deben incluir a las escuelas religiosas.
En cualquier caso, la mayoría hizo hincapié en la garantía de «libre ejercicio» de la Primera Enmienda y restó importancia a su prohibición sobre el «establecimiento de la religión» por parte del gobierno.
La decisión probablemente genere más desafíos por parte de los seguidores de la religión y aumente la presencia de elementos religiosos en las escuelas y otros espacios públicos.
En este contexto, el juez Neil Gorsuch ha señalado: «El respeto por las expresiones religiosas es fundamental para la vida en una República libre y diversa, ya sea que dichas expresiones ocurran en un santuario o en un campo, y se manifiesten a través de la palabra hablada o una cabeza inclinada».
