Foto: SYLVAIN LEFEVRE
La duquesa María Teresa de Luxemburgo es la mujer por la cual el príncipe Enrique estuvo dispuesto a renunciar a su trono. Esta habanera, originaria de Marianao, se graduó en Ciencias Políticas en la Universidad de Ginebra, donde durante sus años de estudiante conoció a su futuro esposo.
Su romance nació a partir de una amistad, pero el príncipe Enrique de Luxemburgo, heredero del principado, tuvo que enfrentar varios obstáculos para obtener la aceptación de su familia hacia su amada, la cubana María Teresa Mestre y Batista.
Aunque cada vez es más frecuente que los príncipes y herederos decidan emparejarse con «plebeyas», en el momento en que ambos se conocieron, esto no era tan «habitual». En ese contexto, la Duquesa de Luxemburgo reconoció, tras la muerte de su suegra, la gran duquesa Josefina Carlota, que su relación fue complicada debido a sus orígenes, ya que la madre del duque esperaba que su hijo Enrique se uniera a una princesa o a alguien de la nobleza.
El príncipe Enrique estaba dispuesto a soportar las pruebas más difíciles por casarse con María Teresa, incluso renunciar a su trono. Así, al comprobar que la relación era seria, sus padres finalmente aceptaron la boda.
La ceremonia se llevó a cabo el 14 de febrero de 1981, y aunque la fecha era increíblemente romántica, parece ser que fue solo una coincidencia, ya que algunos expertos aseguran que en Luxemburgo apenas se celebra el Día de San Valentín.
La boda fue una ceremonia espectacular, de la cual todavía se habla en revistas como Vanity Fair. “Y la novia no decepcionó: lució un impresionante vestido a medida de Balmain, la famosa casa de moda francesa. El vestido de novia, de manga larga y con una falda acampanada, presentaba detalles de piel adecuados para el frío de febrero, además de una impresionante cola de dos metros de longitud. Siguiendo la tradición entre las novias de la realeza, María Teresa tomó prestada una tiara de su suegra (a pesar de su tensa relación), la tiara-collar de diamantes del Congo Belga, que simboliza los orígenes de la gran duquesa”, recuerda la publicación.
Entre los ilustres invitados reales se encontraban el príncipe Rainiero de Mónaco y Grace Kelly, cuya hija mayor, la princesa Carolina, era considerada una novia ideal para Enrique según los criterios de la época, a pesar de los orígenes plebeyos de su madre, una destacada actriz de cine. También asistieron Felipe de Edimburgo, Balduino y Fabiola de Bélgica, así como María José, la ex reina consorte de Italia.
Del amor entre esta pareja nacieron cinco hijos: Guillermo, Gran duque heredero de Luxemburgo; el príncipe Félix de Luxemburgo; el príncipe Luis de Luxemburgo; la princesa Alejandra de Luxemburgo; y el príncipe Sebastián de Luxemburgo.