Ante el tumulto que se ha vivido recientemente en Cuba, el aumento del poder de las redes sociales, las «afrentas» hacia miembros del gobierno y la postura adoptada por artistas y periodistas independientes, el Estado cubano ha tenido suficiente material para construir una narrativa que resulta sumamente contradictoria en comparación con su discurso tradicional.
Se podría abordar una gran cantidad de temas, sin embargo, el eje que une a los medios estatales, los medios independientes y el gobierno cubano, así como la relación de amor y odio que ha surgido entre ellos, es el motivo que nos impulsa esta vez a no dejar la página en blanco.
La constante mención, crítica, desmoralización y desacreditación de los medios independientes en espacios televisivos y en otros canales estatales es el principal factor contradictorio presente en el discurso del Estado cubano.
Los medios independientes (también denominados alternativos o no oficiales) no están contemplados en leyes ni en la Constitución. Su existencia ha sido negada y soslayada, a pesar de ser los únicos dispuestos a ofrecer una visión de la realidad cubana alternativa a la presentada por el Partido Comunista de Cuba (PCC) y los medios que le son afines, es decir, todos los demás.
No obstante, tras un prolongado período de marginalidad, en la penumbra del ser o no ser y en una existencia minimizada a cero, los medios independientes ahora se han convertido en el centro de atención y debate de aquellos que siempre los censuraron. ¿Será esto un intento de reconocerlos y/o legitimarlos?
La Real Academia de la Lengua Española, cuya definición es tan frecuentemente utilizada en el Noticiero Estelar presentado por el abogado convertido en periodista Humberto López, señala que legitimar significa: “Probar o justificar la verdad de algo o la calidad de alguien o algo conforme a las leyes”, mientras que reconocer es “admitir como cierto o legítimo”.
En resumen, el Estado ha acabado probando y reconociendo la existencia de un sistema de medios independientes que escapa a su jurisdicción y control. Lo más sorprendente es que, en su intento por aplastarlos, ha terminado por promocionarlos. Utilizar el Noticiero de la Televisión Cubana y otorgar un espacio privilegiado a estos medios en un programa de gran audiencia a nivel nacional ha resultado en una publicidad gratuita. Ahora, las personas que tal vez solo conocían uno o dos de esos medios, o a ninguno, han llegado a saber que realmente existen, y la curiosidad es, al menos, un arma muy poderosa.