Texto: Hugo León
En las últimas décadas, América Latina ha oscilado como un péndulo, moviéndose de izquierda a derecha y de derecha a izquierda -sin juzgar si es un retroceso o un avance- en más de una ocasión. Ahora, tras las elecciones en Brasil, es evidente que la región se adentra en un nuevo ciclo político.
En un contexto de estancamiento económico, desigualdad persistente e inconformidad con los gobernantes, es común que en elecciones libres triunfe la oposición, con la esperanza de que las cosas mejoren, según explican los expertos en la materia.
En los últimos 25 años, tras un período de dos décadas caracterizadas por el ascenso de la izquierda en varios países, con figuras como Chávez, Rafael Correa, Evo Morales y Lula da Silva, el mapa político ha vuelto a teñirse de gobiernos más derechistas, como se observó en Argentina con Macri (quien ya ha regresado a la izquierda) y en Brasil con Bolsonaro, quien perdió las elecciones este fin de semana frente a Luiz Inácio Lula da Silva.
¿Cuáles son los gobiernos de izquierda?
Colombia está gobernada por la izquierda, con Gustavo Petro al mando desde agosto de este año, después de unas elecciones calificadas de históricas por analistas internacionales, dado que es el primer presidente de esta corriente política en ocupar el poder en esa nación. En México, Andrés Manuel López Obrador ostenta el poder hasta 2024.
También en la izquierda se encuentra el gobierno de Honduras, con Xiomara Castro del Partido Libertad y Refundación al frente. Es la primera mujer en presidir ese país y su mandato se extiende hasta 2026.
Nicaragua, bajo el liderazgo de Daniel Ortega, también tiene un gobierno de izquierda. Cabe resaltar que Ortega ha gobernado desde 2007 hasta 2022, ya que en 2013 se aprobó una reforma constitucional que eliminó los límites a la reelección en Nicaragua.
En la República Dominicana, Luis Abinader, del partido Revolucionario Moderno, es considerado de centroizquierda y estará en el poder hasta 2024.
Nicolás Maduro, un nombre reconocido de la izquierda latinoamericana y sucesor de Hugo Chávez, gobierna en Venezuela. Su reelección tuvo lugar en 2019 en medio de controversias, lo que llevó a que decenas de países no reconocieran los resultados, generando una crisis que culminó con la autoproclamación de Juan Guaidó como presidente interino y presiones políticas en el país. Maduro estará en el poder hasta 2025.
Desde 2021, Pedro Castillo, del Partido Perú Libre, gobierna en Perú, mientras que en Bolivia lo hace Luis Arce, del movimiento político MAS. Arce fue anteriormente ministro de economía durante el mandato de Evo Morales, y llegó al poder tras elecciones que finalizaron con la renuncia de Morales, quien había estado en el poder desde 2006. Tanto Castillo como Arce son de izquierda.
Más al sur de la región, Chile y Argentina también tienen mandatarios de este espectro político. En Chile, Gabriel Boric, el presidente más joven de la historia, fue elegido este año, y en Argentina, Alberto Fernández está en el poder desde 2019, con la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner como vicepresidenta.
En Cuba, el gobierno no ha cambiado en décadas, siendo considerado un estado de izquierda, con la diferencia de autodenominarse comunistas. Las elecciones en la isla no funcionan como en el resto de los países de la región, donde se vota directamente por el presidente.
¿Qué queda para la derecha?
Por su parte, la derecha tiene bastiones en Guatemala, con Alejandro Giammattei como presidente; en El Salvador, con Nayib Bukele, quien ha sido el presidente más joven del país y ha implementado una política de tolerancia cero contra las pandillas que han azotado a la nación durante décadas.
Costa Rica también se alinea a la derecha, con Rodrigo Chaves al mando hasta 2026, al igual que Panamá, donde Laurentino Cortizo, de centroderecha, está en el poder. Puerto Rico, como estado libre asociado de Estados Unidos, es gobernado por el Partido Nuevo Progresista, con Pedro Pierluisi como presidente.
En Uruguay, Luis Lacalle Pou, del Partido Nacional de tendencia derechista, llegó al poder tras 15 años de gobiernos de izquierda de Pepe Mujica y Tabaré Vásquez, y ha criticado fuertemente al gobierno cubano.
En Ecuador, Guillermo Lasso gobierna desde la derecha hasta 2025, mientras que en Paraguay, Mario Abdo Benítez, también de derecha, enfrentará elecciones este año, y Brasil mantendrá un gobierno de esta tendencia con Jair Bolsonaro hasta diciembre, cuando será sucedido por Lula da Silva.
Con esta última elección mencionada, el vaivén político de la región llega a su punto culminante, ya que el peso del gigante sudamericano es innegable en la esfera continental y mundial, y Lula es uno de los políticos más reconocidos de la actualidad. Además, las cinco mayores economías de América Latina (Brasil, México, Chile, Argentina y Colombia) estarán gobernadas simultáneamente por la izquierda, una situación que ocurre por primera vez.
Es relevante mencionar que los presidentes de izquierda que ganaron en las elecciones de este año lo hicieron con un estrecho margen de votos; el más ajustado fue precisamente Lula, lo que refleja la polarización de la ciudadanía en torno a uno u otro proyecto político.
No obstante, varios politólogos han subrayado esta semana que la alternancia en los gobiernos de América Latina es una buena señal, ya que el electorado, tras experiencias con una tendencia política, busca nuevas soluciones a sus expectativas.
Otro aspecto a tener en cuenta es que Lula es el único representante de la vieja guardia de la izquierda en la región, mientras que los gobernantes de la nueva ola izquierdista en el continente son más heterogéneos y tienen agendas diversas.