Foto: Pepin el Obrero | CN360
El talentoso cantautor cubano Pablo Milanés, figura esencial de la música en la isla, falleció el 22 de noviembre en Madrid, a los 79 años.
Varios artistas y personalidades de la cultura cubana expresaron su pesar por la muerte de Milanés. “No hay palabras para describir este dolor. No encuentro consuelo, y creo que Cuba y gran parte del mundo tampoco. Adiós. Por favor, Dios, te ruego de rodillas que cuides de este ángel”, publicó la agrupación cubana Havana de Primera en Facebook.
El presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel, y el primer ministro Manuel Marrero Cruz, también lamentaron la pérdida de Pablo a través de mensajes en Twitter.
La semana pasada, la oficina artística de Pablo Milanés emitió un comunicado en el que informaba que el cantautor se encontraba hospitalizado en Madrid, lo que le obligó a cancelar sus próximos conciertos en España, México y República Dominicana.
A pesar de esto, el comunicado señalaba que la condición de Milanés era “estable” y que estaba recibiendo tratamiento por “los efectos de varias infecciones recurrentes que han afectado su salud en los últimos tres meses”.
El texto agregó que “esta situación clínica” era consecuencia de una enfermedad oncohematológica que había estado padeciendo durante varios años y que lo llevó a mudarse a Madrid a finales de 2017 para recibir tratamiento.
En 2014, Pablo Milanés se sometió a un trasplante de riñón que puso fin a su insuficiencia renal, con un órgano donado por su esposa, la historiadora española Nancy Pérez.
La partida de Pablo Milanés marca una de las despedidas más tristes del arte cubano en tiempos recientes. No solo se va uno de los más destacados exponentes de la Nueva Trova Cubana, sino también un firme defensor del arte de la isla y de los derechos de su gente.
Debido a sus posturas, la prensa estatal cubana ignoró durante años su activa carrera musical, llena de giras y premios internacionales, porque Pablo nunca dejó de hacer lo que amaba: música y amor por Cuba.
Ese mismo amor lo llevó cada año a la isla para conectar con su público. En junio pasado, ofreció su último concierto en La Habana, considerado por muchos como su despedida de los escenarios cubanos.
En la Ciudad Deportiva, sonaron sus emblemáticas canciones ante un público que agradeció poder escuchar de nuevo las míticas melodías en la voz de su autor. A pesar de la controversia en torno a esa presentación, el arte prevaleció y el artista, guitarra en mano, conmovió a todos, sanando un poco la nostalgia.
Con su fallecimiento queda inconclusa una gira que comenzó en 2021 y que lo llevó a actuar en diversos escenarios de España, México y Estados Unidos.
Decimos adiós a Pablo, pero su esencia nunca se irá de Cuba ni del mundo. Entre las personas que lo amaron y respetaron, sus melodías vivirán eternamente, porque los grandes artistas permanecen en la memoria de la humanidad.