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Alfredo López Valdés, director de la Unión Eléctrica de Cuba, ha propuesto la adquisición de paneles solares como una alternativa para lograr independizarse del sistema eléctrico nacional. Esto ocurre en un contexto en el que los cubanos han estado sufriendo apagones de más de 24 horas debido al colapso de las termoeléctricas, donde los salarios son insuficientes incluso para cubrir las necesidades básicas y se enfrenta a una grave inflación.
Este comentario, sin duda, generó controversia entre los cubanos, quienes tienen acceso muy limitado a este recurso debido a su altísimo costo.
Durante una comparecencia televisiva el pasado jueves, en la que “intentó participar” el primer ministro Manuel Marrero Cruz, López Valdés afirmó que la intención es motivar a la población a optar por sistemas fotovoltaicos “en lugar de depender de plantas eléctricas”, sugiriendo que la inversión en energía solar podría ser ventajosa para los hogares del país.
Al cuestionar las declaraciones del funcionario en diversos foros, la UNE aclaró que fueron malentendidos y que todo formó parte de una «manipulación mediática», subrayando que no existe un plan formal para la venta de paneles solares.
Marrero Cruz comentó en la misma comparecencia que la situación es extremadamente grave: «Hay tres factores importantes que afectan el déficit en la generación eléctrica: el estado de la infraestructura, la falta de combustible y el aumento de la demanda».
Hace dos años, desde COPEXTEL, se indicó que en La Habana se estaban ofreciendo paneles solares para algunas residencias, importados de China, pero que tardaban más de cinco meses en llegar a la isla y no incluían baterías de respaldo.
Una familia con un consumo elevado informó que había gastado medio millón de pesos cubanos en la adquisición de paneles solares, lo que representaría un lujo al que muy pocos pueden acceder.