Fotos: Roy Leyra | CN360
Texto: Hugo León
No se sorprendan si al pasear por Centro Habana escuchan de repente «¡Crica, ven acá!» y, al oír su nombre, una pequeña perrita de uñas delicadamente pintadas y un porte aristocrático, pero con ojos saltones y llenos de cariño, corre en su dirección.
Aunque no hay información precisa sobre el origen de su nombre, es fácil intuir que un juego de palabras y el humor jaranero del cubano fueron factores clave. Así fue conocida desde pequeña y solo responde a ese nombre, sin tener idea de que dicha expresión tiene un trasfondo significativo.
“Crica” es una perrita a la moda, siempre lleva sus uñas recién pintadas y su dueña se asegura de que luzca impecable, a pesar de su avanzada edad y de la modestia de su hogar en la barrio habanero.
Ambas viven solas cerca de la bulliciosa calle Reina, y es la propia dueña quien se encarga de pintar las uñas de “Crica”, sin necesidad de profesionales o lujosos salones de belleza para perros.
Su dueña bromea diciendo que es doblemente «sata», debido a la mezcla de razas en sus padres y a la gran cantidad de amor que comparte con todos los que se acercan a ella.
Puede que a algunos les desagrade el nombre, pero la protagonista de esta historia sigue feliz junto a su dueña, quien le brinda todo su cariño.
No es la primera vez que nos encontramos con ellas; en una ocasión anterior, “Crica” también llevaba sus uñas pintadas, esta vez de un tono claro que resaltaba su feminidad.
De acuerdo a su dueña, la perrita pasa su tiempo sentada en la puerta de la casa, ya sea acompañada o sola, y muchos transeúntes notan el color de sus uñas, aunque quizás por falta de tiempo o debido a la situación actual en la capital, la gente no se anima a detenerse a charlar.
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