Foto: RL Hevia
Los datos de la Oficina Nacional de Estadísticas e Información (ONEI) revelan que el arroz, el pan, el café, los aceites vegetales refinados, los productos lácteos y las pastas han sido las categorías más perjudicadas tras el drástico descenso en la producción de alimentos en Cuba durante 2023.
Según esta fuente, el año anterior, la producción nacional de arroz, tanto elaborado como semielaborado, alcanzó las 27.900 toneladas. En contraste, en 2018 se cultivaron 272.800 toneladas, mientras que en 2022 se redujo a 39.600 toneladas, lo que representa una caída del 90% en un lapso de cinco años.
En lo que respecta al pan, cuya producción ha estado en crisis desde hace tiempo, se generaron 326.300 toneladas, una cifra considerablemente inferior a las 493.700 toneladas estimadas en 2018 y a las 408.200 toneladas de 2022.
Es importante destacar que, de todos los productos alimenticios analizados por la ONEI en su informe, ninguno mostró un aumento en 2023: “los aceites vegetales refinados disminuyeron de 10.700 toneladas en 2022 a 4.300 en 2023; el café tostado y envasado pasó de 16.600 toneladas a 10.200; la carne de cerdo, de 15.100 toneladas a 13.300; la carne deshuesada de res, de 26.000 toneladas a 18.100; y el yogurt, de 103.000 toneladas a 50.200”, menciona el informe.
Los productos tradicionales de exportación, como la cola de langosta, cayeron de aproximadamente 401.500 toneladas en 2023 a 257.000 en 2024, y la langosta entera precocinada y congelada también se redujo, de 802.900 toneladas a 325.100.
El único sector que experimentó un leve incremento fue la producción de bebidas alcohólicas, que subió de 774.700 hectolitros en 2023 a 990.400 en 2024, al igual que la cerveza, que pasó de 816.000 hectolitros a 1.245.700. Sin embargo, estas cifras siguen siendo muy bajas en comparación con las del 2018.
Estas cifras son, sin duda, el resultado de la profunda crisis económica que atraviesa Cuba, caracterizada por constantes y fallidos programas de ajuste implementados por el gobierno, como la Tarea Ordenamiento en 2021 y el paquetazo económico de 2024, que han llevado a una creciente necesidad de importar muchos alimentos que antes se producían de manera sostenible en el país.