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A pesar de que la marca japonesa Mitsubishi ha tenido presencia en Cuba durante varios años, recientemente ha obtenido la autorización del gobierno cubano para producir y comercializar sus productos en diversos sectores dentro de la isla.
De acuerdo con diversas notas de prensa que datan de 2020, la reconocida marca mostró interés en establecer convenios con Cuba desde entonces. Fue en ese año cuando el representante de la oficina en La Habana, Yamasaki Junichiro, se reunió con el embajador cubano en Japón para formalizar estos acuerdos, los cuales finalmente se han autorizado cuatro años después, según lo establecido en la Gaceta.
Tras la inscripción de la oficina de Mitsubishi en el Registro Nacional de Representaciones Comerciales Extranjeras, asociado a la Cámara de Comercio de la República de Cuba, la compañía ya tiene la capacidad de llevar a cabo diversas funciones en la isla.
En este contexto, el documento oficial señala: “El giro comercial de la oficina de representación de la compañía japonesa MITSUBISHI CORPORATION en Cuba, a partir de su inscripción, será la fabricación y comercialización de productos terminados para distintos sectores de la industria y la economía, incluyendo alimentos, bebidas, materias primas diversas, equipos, accesorios, partes y piezas variadas; así como realizar actividades de intermediación en exportación e importación”.
No obstante, se establecen ciertas restricciones para la marca a pesar de esta apertura, ya que por el momento no podrá llevar a cabo actividades como la importación y exportación comercial directa, ni realizar comercio mayorista y minorista de productos y servicios en general, a excepción de los servicios de posventa y garantía específicamente acordados en los contratos que regulan las operaciones de comercio internacional.
Adicionalmente, la marca no tendrá la posibilidad de emitir facturas comerciales, ni de distribuir y transportar mercancías en el territorio nacional.
Es pertinente recordar que Mitsubishi es un importante grupo industrial japonés que abarca múltiples sectores, no solo el automotriz, sino también la banca, la energía, la química, la electrónica, así como la industria militar, la minería, la construcción naval y las telecomunicaciones.
