Foto: Roy Leyra | CN360
Texto: Hugo León
A menudo se dice que hay muchas experiencias que pueden transformar tu vida, pero ni el más ingenioso hubiera imaginado que el anuncio de Biden sobre el parole humanitario para Cuba también alteraría su rutina diaria. Desde que sus familiares comenzaron a “patrocinar” su proceso, todo ha cambiado, comenzando por lo que hacen al levantarse cada mañana: revisar el correo.
En una entrevista con tres jóvenes de La Habana, Cuba Noticias 360 descubrió similitudes en las actividades de aquellos que esperan ansiosamente la aprobación del parole.
“Levantarme, ir al baño y luego mirar el teléfono ya no es lo mismo”. Ahora, lo primero que hago al despertarme es encender el teléfono y revisar el correo en busca de noticias sobre el patrocinio; solo después voy al baño o me ocupo de lo demás, comentó uno de ellos.
“Google sabe”, bromeó otro, “ya me ha añadido el correo y el sitio web del Servicio de Ciudadanía e Inmigración (USCIS por sus siglas en inglés) a mis favoritos para poder acceder directamente cada mañana”.
“Como no sé si habrá problemas con el correo, reviso todas las carpetas: la principal, la de ‘promociones’ y la de ‘social’,” agregó, sonriendo.
Cada mañana, y aproximadamente cada hora hasta que me acuesto, repitió con una sonrisa.
Una joven de 30 años, que lleva esperando la noticia desde el 13 de enero, cuando un familiar en EE. UU. solicitó el patrocinio, también comparte esta experiencia. Ella tiene la esperanza de recibir respuesta antes de que transcurra un mes y medio. “Pero como el proceso comenzó un viernes 13, no soy supersticiosa, pero me temo que eso hará que la espera se extienda un mes más”, bromeó.
Todos ellos mantienen un contacto constante con sus familiares en Estados Unidos, y aunque afirman que esto también sucedía antes del patrocinio, reconocen que ahora es un tema recurrente en sus conversaciones.
Compras de sellos y preparativos “por si acaso”
Con los precios de los sellos en aumento en la isla y lo complicado que es encontrarlos, otra de las actividades en las que se han enfocado los tres entrevistados es localizar y adquirir sellos “por si acaso”.
Aunque no tienen claro cuántos sellos pueden necesitar ni si el proceso realmente requiere de ellos, lo hacen “por si acaso”, y porque “siempre es mejor tenerlos”. “Sería peor que me pidan un sello después de recibir la aprobación y que la demora sea culpa mía”, señaló el tercero.
Solo uno de ellos ha decidido hacer filas en las oficinas de correos, mientras que los otros dos han adquirido varios sellos en el mercado informal, según confirmaron a este equipo de reporteros.
Todos tienen su pasaporte actualizado y listo, y se han tomado fotos por si surgen eventualidades.
Además, han intentado obtener su certificado de nacimiento, solicitar antecedentes penales actualizados ante las autoridades pertinentes, y buscar una constancia firmada por Salud Pública sobre sus vacunas, aunque no han completado estos trámites.
Reunir dinero, “lo más difícil”
“Patrocinar suena bonito, pero uno sabe que no se puede llegar allá con las manos vacías”, afirmó el más joven del grupo. En su caso, ha vendido ropa, zapatos y cambió su celular por uno más básico para poder tener dólares en efectivo para cuando llegue el momento de irse.
El mayor de ellos, que está a punto de cumplir 31 años, posee un pequeño apartamento de una habitación que planea vender. “Venderlo para iniciar el viaje por Nicaragua sería un desperdicio porque no alcanzaría el dinero, pero irse con tres mil o cuatro mil dólares y dejar dinero a la familia sí es viable”, explicó.
Ninguno ha dejado su trabajo ni tiene planes de hacerlo hasta justo antes de partir, ya que hay gastos que cubrir y es necesario seguir comiendo mientras el sueño se convierte en realidad, señalaron.
La espera les genera ansiedad, coinciden. Aunque reconocen que hasta hace un mes esa opción no existía, ahora que saben que sus papeles están en proceso, la ansiedad se ha convertido en uno de sus mayores desafíos.
Mientras tanto, llevan una vida “normal” y tienen planes de viajar a la provincia para despedirse de familiares, también “por si acaso”, ya que afirman que una vez que obtengan la confirmación en sus manos, les quedarán apenas unas semanas en Cuba.