¿La televisión cubana rechaza el amor entre mujeres lesbianas? | Cuba Noticias 360

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La televisión cubana ha vuelto a dejar huella. Este fin de semana, se añadió otro episodio a su historia de censura al suprimir escenas de amor entre dos mujeres en la película británica Ammonite, que se transmitió este sábado en el programa Espectador crítico, conducido por la periodista Magda Resik.

Este incidente ocurrió solo un año después de que la censura interviniera en un beso gay en la película Love Simon, que fue exhibida en el programa juvenil Pensando en 3D. Al igual que en aquella ocasión, que aún está fresca en la memoria de los televidentes, el ICRT se vio obligado a ofrecer disculpas por dicha omisión.

Por ello, activistas, miembros de los colectivos LGBT cubanos y expertos han considerado este “gesto” de los directivos de la televisión como un simple síntoma de oportunismo, careciendo de sinceridad y realizado únicamente para tranquilizar a la comunidad LGBTIQ y a los defensores de los derechos humanos y sexuales que han expresado su descontento ante situaciones que reflejan la persistencia del peso cultural de la homofobia y la no aceptación de prácticas sexuales diferentes a la norma, además de una visión muy simplista del arte cinematográfico.

Para empeorar las cosas, los cortes en la película se produjeron solo 24 horas antes de la celebración, este lunes 17 de mayo, del Día Internacional contra la Homofobia, la Transfobia y la Bifobia, una fecha que, aunque se conmemora en todo el mundo con una profundización en los reclamos de derechos, tiene una connotación especial en Cuba.

La celebración tiene lugar en la isla en un contexto de expectativa por la legalización del matrimonio igualitario durante este año, tras varios años de lucha por su inclusión en la Constitución. Recordemos que en 2019 se aprobó el principio de igualdad y no discriminación, pero la ley no abarcó la unión legal entre personas del mismo sexo, lo que generó una ola de críticas entre la comunidad LGBT.

Por lo general, la censura en la televisión es algo común en muchos países. Sin embargo, existen reglas bien establecidas que regulan, por ejemplo, el sexo o la violencia en determinados horarios, para proteger, entre otras cosas, el desarrollo emocional de los niños.

Normalmente, este tipo de contenido se emite a altas horas de la noche o se informa a los padres sobre el contenido de la película o serie que se transmitirá. Existe un consenso general sobre la necesidad de proteger la sensibilidad de ciertos segmentos del público ante tramas o escenas de horror o de sexo más explícito. Sin embargo, no hay ningún motivo que justifique la eliminación de un beso o una escena de amor entre personas del mismo género sin un contenido sexual explícito. Mientras tanto, esa misma escena se mostraría con total normalidad si fuera protagonizada por una pareja heterosexual.

En Cuba, la contradicción es evidente. A pesar de que el discurso gubernamental se posiciona a favor de la igualdad de derechos sexuales y oportunidades, instituciones del estado, como el ICRT, adoptan posturas más ortodoxas heredadas de una etapa histórica en la que se condenó, se reprimió y, en algunos casos, se encarceló a personas homosexuales.

La omisión de las escenas lésbicas de Ammonite también se produce en el contexto de las jornadas contra la homofobia organizadas por la psicóloga Mariela Castro, hija del ex presidente Raúl Castro y directora del Centro Nacional de Educación Sexual, que generalmente no critica abiertamente estos cortes en productos televisivos que afectan el reconocimiento social a los colectivos LGBT.

No se trata de censurar la película en su totalidad, sino de explorar el trasfondo de las actitudes de quienes tienen el liderazgo para tomar decisiones que contradicen las políticas de estado, generando así una evidente contradicción que puede ser interpretada de diversas maneras por los espectadores y especialistas.

El Canal Educativo, al que pertenece el programa Espectador Crítico, publicó rápidamente un mensaje asegurando que tiene entre sus objetivos “contribuir a la formación cultural de nuestro público y, sobre todo, educar a la mirada con sentido crítico y de inclusión”. Al mismo tiempo, indica que se tomarán “las medidas correspondientes” y que la censura no responde a “una postura institucional”.

Este nuevo episodio ha colmado el vaso de los televidentes, críticos y activistas. No solo por la censura, sino también por la mutilación de películas de calidad con una evidente factura artística. El crítico de cine Frank Padrón fue uno de los que llamó a una profunda reflexión por parte de los funcionarios de la televisión para evitar que situaciones similares se repitan en pantalla.

“Debe existir una política coherente en nuestra televisión; hay cuestiones de principios que no pueden depender de los caprichos de un asesor, porque, más allá de perfiles y singularidades en los programas, nuestro medio es público y debe responder a una línea clara sobre el deber inalienable de transmitir de manera completa, sin sesgos, los filmes seleccionados. De lo contrario, estamos en las mismas, y no sirve de nada transmitir una encomiable Mesa Redonda que legitime la inclusión y los derechos de tod@s, o que un periodista aplauda públicamente la diversidad sexual, para al mismo tiempo cortar irresponsablemente (¡una vez más, después de que parecía que esto había sido superado y corregido!) una escena erótica lésbica en un filme”, expresó el especialista.

“Esto, a nivel institucional, suena a doble discurso, aun cuando se emitan declaraciones como la que acabo de mencionar. Por favor, basta”, enfatizó.

Una vez más, la televisión cubana ha expuesto sus vacíos culturales, estigmas y estereotipos arrastrados por asesores o directivos, cuyos decisiones solo demuestran una disrupción con los discursos políticos que abogan por los derechos de la comunidad LGBT.

A pesar de esta nueva controversia, se espera que un evento como este no vuelva a ocurrir, para que todas las instituciones contribuyan de manera definitiva a esa frase que muchos publican el 17 de mayo en sus redes sociales, pero que debería regir todo el año: “Todos los derechos para todas las personas”.

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