Larisa Vega: Contento después de casi una década fuera de la televisión cubana.

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Foto: Larisa Vega | Facebook

Larisa Vega es una de las actrices cubanas que ha dejado una huella en la televisión de Cuba durante los últimos 40 años. La luminosidad de su rostro, su serenidad y esos inolvidables ojos verdes han mantenido a la camagüeyana presente tanto en la pequeña pantalla como en el cine de la isla. Su talento, sin duda, fue el principal recurso que la ayudó a cumplir uno de sus sueños, aunque en un principio no planeaba ser actriz.

Inició su camino a los 8 años, cuando comenzó a estudiar ballet en la Escuela Provincial de La Habana, donde tuvo como profesora a Aurora Bosh, una de las grandes figuras del Ballet Nacional de Cuba. Sin embargo, Larisa sabía que su verdadera pasión era la actuación, así que en 1981 comenzó sus estudios en el Instituto Superior de Arte.

Con apenas 21 años y aun siendo estudiante, realizó su primera aparición en televisión en el programa «Aventuras» con «Orden de Ataque», un audiovisual dirigido por Juan Vilar, donde compartió pantalla con otros reconocidos actores como Luis Alberto García, Beatriz Valdés y Mabel Roch.

Desde ese momento, no se alejó de las pantallas y su debut profesional llegó con dos filmes del ICAIC: “Tiempo de Amar”, de Enrique Pineda Barnet, y “Habanera”, de Pastor Vega.

Posteriormente, participó en películas como “Viva Cuba”, dirigida por Juan Carlos Cremata; “Las profecías de Amanda”, también de Pastor Vega; “Páginas del diario de Mauricio”, de Manuel Pérez; y “Ciudad en rojo”, de Rebeca Chávez, entre otras.

En telenovelas, el público cubano disfrutó de su talento en producciones como “Magdalena”, “Retablo personal”, “Añorado encuentro”, “Si me pudieras querer” y “¡Oh, La Habana!”, por mencionar solo algunas.

A través de todas estas obras, Larisa dejó una profunda marca en la televisión cubana entre los años 80 y 2015, año en el que decidió establecerse en EE.UU., país que la acogió en ciudades como Miami y Las Vegas. Actualmente, reside en Cape Coral, al sur de Florida.

En esta ciudad, vive con su esposo Rigoberto, quien es hermano de la actriz Tamara Morales, su madre Graciela y sus dos padres, como ella misma los llama: el renombrado director de orquesta José Ramón Urbay, quien la crió, y Arturo Vega, su padre biológico.

Aunque está casi completamente apartada de las cámaras, Larisa ahora dedica su tiempo al sector inmobiliario junto a su esposo y es una orgullosa abuela de los trillizos Nicolás, Sebastián y Alexandra, hijos de su única hija.

A pesar de la distancia, la artista ha logrado mantener fuertes lazos con su tierra natal, asegurando que se comunica con sus seres queridos que aún residen en la isla.

Entre sus pasatiempos se encuentra el tejido, actividad que cultivó durante el confinamiento por la Covid-19. Además, continúa siendo una gran aficionada del cine y la lectura.

Su último proyecto artístico fue la película “Plantadas”, del director cubano Lilo Vilaplana, una obra que signó su regreso a la actuación desde que se mudó a EE.UU.

En este filme, basado en testimonios reales, Larisa interpreta a Ana, tía de una de las mujeres encarceladas en Cuba por oponerse al gobierno de Fidel Castro tras el triunfo de la Revolución.

De acuerdo a lo que ha compartido con varios medios de comunicación, a sus 60 años se siente una mujer muy feliz porque ha alcanzado lo que jamás hubiera logrado en la televisión o el cine en Cuba, principalmente por estar rodeada de sus seres queridos.

Larisa Vega ha afirmado que, aunque en ocasiones extraña Cuba, en EE.UU. tiene todo lo que necesita, no solo en términos materiales. De la isla, recuerda su hogar en La Habana, pero sobre todo, echa de menos su profesión, esa que ama y que seguramente seguirá amando a pesar de estar lejos de los focos, las cámaras y las pantallas.

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