Foto: EFE
Texto: Mónica Fernández
Con el 97,4% de las actas contabilizadas, parece que Pedro Castillo, candidato del partido Perú Libre, será el nuevo presidente de la nación. Sin embargo, Castillo lidera a su oponente Keiko Fujimori solo por un 0,4% de los votos, lo que equivale a poco más de setenta y cinco mil sufragios. Con el conteo aún en proceso, el país permanece a la expectativa.
En los últimos cinco años, Perú ha tenido cuatro presidentes, y seis de los últimos han enfrentado acusaciones de corrupción. La actual contienda electoral se da entre la hija del exmandatario Alberto Fujimori y un maestro rural y líder sindical. Pedro Castillo, una figura casi desconocida, saltó a la fama pública al liderar una huelga en 2017 en pro de mejoras para el sector educativo. Se define como progresista, rechazando la etiqueta de marxista. Ya ha anticipado que, si es elegido presidente, promoverá una reforma constitucional y destinará el 10% del PIB a salud y educación. Aunque mantiene valores de izquierda respecto al gasto público y la política exterior, su enfoque social es conservador, oponiéndose a la legalización del aborto, la eutanasia y el matrimonio igualitario. En contraste, Keiko Fujimori fue primera dama durante la presidencia de su padre y ha sido candidata presidencial en dos ocasiones anteriores, sin éxito. Considerada “la mujer más poderosa del país”, es vista como una figura conservadora, autoritaria y populista de centroderecha. Si pierde esta elección, se enfrentará a un juicio por lavado de activos vinculado al caso Lava Jato, con una solicitud fiscal de 30 años de prisión. En caso de ganar, ya ha indicado que ofrecerá un indulto a su padre, quien cumple 25 años en prisión por violaciones a los derechos humanos durante su mandato.
A pesar de que los primeros resultados favorecían a Fujimori, Pedro Castillo se ha colocado ahora al frente en el recuento de votos en Perú. En respuesta, la candidata presidencial del partido Fuerza Popular llevó a cabo una conferencia de prensa en la que denunció irregularidades en el proceso electoral del domingo 6 de junio. En particular, se refirió a la impugnación de actas, aunque no presentó evidencia que respaldara sus acusaciones. Según la ley peruana, cuando los resultados de una mesa electoral no son favorables y el documento presenta algún tipo de defecto, los representantes del partido afectado pueden demandar su nulidad. Esto es lo que ha hecho Perú Libre. Sin embargo, las actas impugnadas por problemas de ilegibilidad, información incompleta o falta de firmas deberán ser evaluadas por el Jurado Nacional de Elecciones. Hasta ahora, más de mil actas han sido impugnadas, cada una representando entre 200 y 250 votos. Una vez finalice el conteo oficial, el Jurado podrá decidir si alguna de las actas impugnadas es válida. Las acusaciones de Fujimori contrastan con los informes de observadores internacionales. La Misión de Observadores de la Unión Interamericana de Organismos Electorales (UNIORE) destacó que el proceso electoral fue correctamente organizado, de acuerdo con estándares internacionales, lo cual también fue confirmado por la Organización de Estados Americanos (OEA).
En este momento, la esperanza de Keiko Fujimori se centra en el voto de los peruanos en el exterior, donde tiene una ventaja con el 67,6% a su favor.
Es interesante observar que, de acuerdo con las estadísticas proporcionadas por la Oficina Nacional de Procesos Electorales de Perú, el único país del hemisferio donde Castillo obtuvo mayoría de votos fue Cuba. De los 175 electores peruanos registrados en la isla, solo 37 ejercieron su derecho al voto, de los cuales 25 fueron a favor de Castillo.
Si Pedro Castillo triunfara, enfrentará muchos desafíos. Por su inclinación hacia la izquierda, ha sido comparado con Hugo Chávez. Desde que se conociera su liderazgo en el conteo de votos, el valor del sol peruano se desplomó el lunes a su nivel más bajo frente al dólar estadounidense en siete años, y el mercado accionario cayó un 7%. Además, su partido solo cuenta con 37 de los 130 escaños en el Parlamento.
Quien logre obtener la reñida mayoría asumirá el cargo el próximo 28 de julio.