Leonardo Padura critica los actos de repudio en Cuba.

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Foto: GettyImages

El aclamado autor Leonardo Padura ha denunciado los actos de repudio en Cuba y la represión que enfrenta el pensamiento crítico que desafía las políticas del gobierno.

En una entrevista con el diario La Vanguardia, Padura afirmó que “el control y la censura del pensamiento y la obra de muchas personas en Cuba es una realidad incontestable, que se ha intensificado en los últimos tiempos debido a las crecientes inconformidades con las políticas gubernamentales, que por diversas circunstancias han alcanzado un punto crítico. Censurar (o hasta condenar) la libertad de pensamiento y de creación, limitar el libre albedrío que debemos tener como especie y como seres sociales, constituye una violación a un derecho fundamental en cualquier sociedad”.

El creador del personaje Mario Conde recordó que también él ha sido objeto de la censura impuesta por las autoridades cubanas, y destacó que el ejercicio de la represión es un signo de “debilidad”.

“Negar la diversidad de opiniones, impedir la circulación de voces disidentes, más que un indicativo de fortaleza es una muestra de debilidad. Y reprimir estas voces con todos los mecanismos del poder es un acto de lamentable prepotencia”.

El ganador del premio Princesa de Asturias de las Letras en 2015 mencionó que la censura es una de las prácticas más comunes en Cuba y citó varios episodios de opresión al pensamiento desde 1959.

“La censura de cualquier pensamiento diferente y de cualquier opinión divergente es una práctica arraigada en mi país. Se manifestó con la marginación de religiosos y homosexuales y se hizo evidente durante los años setenta, aquel oscuro decenio para la cultura y el pensamiento cubanos, y, esencialmente, las cosas no han cambiado. Yo mismo soy víctima (y aunque no me gustaría victimizarme, esa es la palabra correcta) de estas políticas”.

El autor de *El hombre que amaba los perros* señaló que si no hubiera tenido promotores externos para su obra, su trabajo no habría sido conocido, y recordó la marginación que ha vivido en su país natal.

“Si no hubiera contado con editores y productores fuera de Cuba, una parte de mi obra no se habría difundido. Incluso es probable que ni siquiera se hubiera podido realizar, o que lo hubiera hecho de una forma muy diferente, con la libertad que me ha permitido desarrollarme. Una libertad que implica pagar el precio de las censuras y silencios que a veces bloquean la circulación normal de mi trabajo entre mis compatriotas y el desconocimiento de muchas de mis actividades”.

El autor también se refirió a los actos de repudio que han resurgido en Cuba contra los opositores, describiéndolos como un “macabro mecanismo de intimidación”.

“Este tipo de respuesta se ha practicado reiteradamente en Cuba. Y cuando pensábamos que era un método de represión superado, ha vuelto a surgir como un mecanismo macabro de intimidación. Con esos actos se canaliza, se fomenta y se dirige el odio, buscando provocar miedo, lo que resulta doloroso para quienes lo sufren y degradante para quienes lo generan por ser más fuertes”, afirmó.

Además, agregó: “Funciona como un mecanismo de ejercicio del poder que apela a los sentimientos más oscuros de las personas que reciben la potestad de aplastar moral o físicamente a otros por ser diferentes, por tener opiniones distintas, por buscar algo diferente. La memoria de esos actos de repudio, con huevos, palos y piedras en 1980, sigue siendo una mancha indeleble en la política cubana. Sin embargo, replicar estas acciones en este momento histórico es más un signo de desesperación que de fuerza o cohesión, evidenciando una grave miopía política y la ya mencionada debilidad”.

Padura expresó su vergüenza por los actos de repudio en Cuba. “Me resulta vergonzoso, como ciudadano cubano, que compatriotas, incluso impulsados por sus convicciones (que pueden ser respetables), participen en esos eventos contra otros compatriotas por pensar de manera diferente o por querer una sociedad diferente. No importa si el acto de repudio ocurre en Miami o en La Habana: su propósito es el mismo, la intimidación del otro. Manifestaciones de este tipo son contrarias a cualquier forma de humanismo, independientemente de la ideología o postura política que se tenga”.

El intelectual manifestó su preocupación por que estos actos de represión puedan conducir a enfrentamientos más violentos entre cubanos y llamó a promover el diálogo como solución a las diferencias.

“Espero, por supuesto, que todos estos eventos, que he discutido principalmente en un plano de ideas y posturas sociales, no desembarquen jamás en enfrentamientos violentos entre cubanos, y mucho menos que se vean empañados por intervenciones foráneas e injerencias, que siempre son un riesgo debido a su presencia prepotente y sabida. Anhelo que, en su lugar, se abran espacios de diálogo y convergencias, y que la razón nos guíe para encontrar, entre cubanos, soluciones que hagan la vida de los cubanos más plena, libre y digna, especialmente en un contexto de tantas carencias y la urgente necesidad de recuperar lo que cualquier proyecto social debería fomentar: esperanza”.

Reiteró su postura crítica ante políticas que limitan el pensamiento y subrayó que su obra es un canto a “la libertad de elección del individuo”.

“Como el hombre libre que siempre he aspirado ser, que pretendo ser, que creo ser (y con esa aspiración he desarrollado mi trabajo como escritor, que es mi esencia, además de ser un ciudadano y un ser pensante), como autor de una novela (Herejes) que se propone ser un canto a la libertad de opción del individuo en cualquier sociedad y en cualquier época, no puedo estar de acuerdo con métodos y políticas que restrinjan o repriman, utilizando cualquier recurso, lo que ha sido una de las aspiraciones más profundas de la humanidad: la plena libertad del ser humano”.

Leonardo Padura (La Habana, 1955) es el novelista cubano de más reconocimiento internacional en la actualidad y su obra ha sido traducida a múltiples idiomas. Algunos de sus libros más destacados son *Adiós Hemingway*, *La novela de mi vida* y *Como polvo en el viento*, entre otros. Su trabajo, sin embargo, tiene escasa difusión en Cuba, a pesar de contar con miles de seguidores.

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