En la definición de los diccionarios, un galán es un hombre atractivo, elegante y con gracia; no obstante, en la vida real, el galán representa mucho más: tiene la habilidad de marcar épocas y hacer suspirar a generaciones enteras que ven en ese personaje masculino a un conquistador potencial y, a menudo, a un símbolo sexual.
Si bien los galanes han existido desde tiempos inmemoriales, fueron los medios audiovisuales como el cine y la televisión los que pusieron en el centro de atención a estas figuras que no solo cautivaban por su físico, sino también por sus únicos modos de deslumbrar con su personalidad.
Hoy en día, en Cuba aún encontramos actores, músicos y celebridades que se ajustan a esta descripción, pero fue en las décadas de 1970 y 1980 cuando los galanes de la isla vivieron su apogeo, coincidiendo con el auge de programas televisivos como aventuras, novelas y teledramas.
Para reavivar la nostalgia de nuestras madres y abuelas, Cuba Noticias 360 presenta un recorrido por la vida y obra de 10 galanes que levantaron suspiros en toda la isla.
1. Armando Bianchi
Considerado el Errol Flynn cubano por su atractivo, fue actor y cantante, y también el segundo esposo de la famosa vedette Rosita Fornés, formando una pareja influyente en los medios.
Nació el 26 de agosto de 1922 en La Habana, debutando como intérprete de tangos en 1939, y a principios de los años 40 se mudó a México, donde exploró el género lírico. Regresó a Cuba en 1950 para casarse con Fornés, hasta su fallecimiento en 1981, de una manera trágica: se cayó de sus propios pies y se ahogó en la playa de Santa María.
Rosita y Bianchi no solo fueron pareja sentimental, sino también en el ámbito artístico, actuando juntos en diversas ocasiones, en comedias, teatros y cabaret. Su participación en el cine y la televisión es recordada, especialmente por su papel en la adaptación de Los diez negritos, de Agatha Christie.
2. Julito Martínez
Se destacó en teatro, cine y televisión, pero su personaje de Diego de la Vega en La marca del Zorro, dentro del popular programa Aventuras, es el que más perdura en la memoria colectiva, atrayendo a multitudes en ese tiempo. Durante sus 30 años de trayectoria en Cuba, fue una de las estrellas más solicitadas y participó en todos los espacios dramatizados de radio y televisión. Trabajó en el Teatro Estudio, bajo la dirección de Raquel y Vicente Revuelta, realizando casi todas sus puestas en escena. Su filmografía incluye títulos como Desarriago (1965), Aventuras de Juan Quinquín (1967), El bautizo (1968) y Hoy como ayer (1987).
Nacido en Quemado de Güines, antigua provincia de Las Villas, falleció en Miami en 2008, en soledad y abandono.
3. Frank Negro
Fue el primer Corsario Negro de la televisión cubana, obteniendo el estatus de galán desde los años 60. Después de este papel, continuó participando en el programa Aventuras, que en ese momento era completamente en vivo. Interpretó a Fernando de Mondego en El Conde de Montecristo (1979), al sargento Reget en El halcón (1980) y a Athos en Los tres mosqueteros (1982).
Luego de esa etapa de gloria, prácticamente desapareció de la vida pública y no se supo de él hasta su fallecimiento en 2021 en su hogar en el municipio habanero de Playa.
Figuras de la cultura cubana, como el cantante Pancho Céspedes, y usuarios de redes sociales lamentaron su muerte. «Nos dio tanta alegría, lo extrañamos mucho», expresó Alberto Cuello. «Era un gran tipo, vivía enamorada de él, incluso me disfrazaba y decía: Soy Honorata, novia del Corsario Negro», compartió Mercy Copa.
Para muchos cubanos, Frank Negro es considerado uno de los héroes de la infancia y adolescencia, junto a Robin Hood de Enrique Almirante y El Zorro de Julito Martínez, formando parte de la historia que alimentó la ilusión de los niños de esa época.
4. Carlos Gilí
Nacido en Cienfuegos, mostró inclinaciones artísticas desde joven, lo que lo llevó a mudarse a la capital en busca de nuevas oportunidades. Estudió en la Escuela de Preparación de Actores dirigida por el emblemático Alejandro Lugo, y a partir de entonces comenzó una carrera en ascenso que ganó más popularidad con los espacios Aventuras, Grandes Novelas y teleteatros. Es recordado por su participación en los seriales Orden de ataque y Los comandos del silencio. El cine también fue parte de su carrera, donde tuvo roles en cinco películas.
Su carrera declinó a inicios de la década de 1980 debido a una enfermedad. Falleció a la temprana edad de 45 años en La Habana, en mayo de 1984. De su matrimonio con la bailarina Josefina Méndez, le sobrevivió su hijo Víctor Gilí, quien heredó el carisma de su padre y conquistó en el mundo de la danza.
5. Enrique Almirante
Considerado un galán de galanes hasta su muerte en 2007, Enrique Almirante comenzó su carrera en los medios gracias a su espléndida apariencia física en los años 50, cuando la televisión y él comenzaban juntos.
Después de pasar por la radio, se unió al afamado grupo Teatro Estudio, donde desempeñó papeles destacados en obras como Un tranvía llamado deseo y Madre Coraje.
Fundador del programa Aventuras, protagonizó numerosas producciones como Sandokan, Veinte mil leguas de viaje submarino y Robin Hood. Su carrera incluye más de 20 películas, tanto en Cuba como en el extranjero, así como numerosas intervenciones en programas infantiles, juveniles y telenovelas. Fue el primer director y fundador de la Agencia de Representaciones Artísticas Caricatos.
Su sola presencia en pantalla era suficiente para impresionar, no solo por su atractivo físico, sino también por la cadencia de su voz y su manejo escénico, cualidades que transmitió a su hijo, el también actor Carlos Enrique Almirante. En el momento de su muerte, se transmitía su último trabajo, interpretando a Sabicú en la novela ¡Oh la Habana! Para honrar su legado, existe un premio de artes escénicas que lleva su nombre.
6. Jorge Villazón
Faltaban pocos días para su cumpleaños 47 cuando un accidente automovilístico puso fin a la vida de Jorge Villazón Suárez, justo cuando disfrutaba de su mayor éxito y popularidad en los medios cubanos.
Nacido en 1947 en Cienfuegos, se trasladó a la capital a los 22 años para cursar la Escuela de Formación de Actores del Instituto Cubano de Radiodifusión. Tras varios programas exitosos, como la telenovela Sol de Batey, logró protagonizar El Halcón, serie que le brindó gran popularidad en la pantalla. Aunque tuvo solo tres apariciones en cine: en Otra mujer (1986), Techo de Vidrio (1982) y Plácido (1986), su carisma, jovialidad y confianza definieron su personaje icónico: Pablo, primero Capitán y luego Mayor, en el policiaco Día y Noche. Su actuación fue tan natural que su imagen está estrechamente ligada a ese rol. Después de su muerte, fue enterrado con el uniforme militar que usó para interpretar a Pablo.
7. Sergio Corrieri
Con apenas 16 años, Corrieri comenzó su viaje en el mundo de la actuación, convirtiéndose en un actor consagrado y de carácter en teatro, cine y televisión. Ganador del Premio Nacional de Teatro en 2006, tuvo una larga trayectoria en diversas agrupaciones, y fundó el Grupo Teatro Estudio y luego Teatro Escambray.
Simultáneamente a su labor teatral, Corrieri capturó el interés del público en la cinematografía cubana con películas como El hombre de Maisinicú, Mella, Como la vida misma, Baraguá, Papeles son papeles, Desarraigo y Río Negro. Se destacó en el filme clásico Memorias del Subdesarrollo.
En sus actuaciones, mostró maestría al asumir personajes de corte histórico y social, considerados símbolos del pueblo, como el memorable David en la serie En silencio ha tenido que ser.
8. Francisco Gattorno
A pesar de haber desarrollado la mayor parte de su carrera fuera de Cuba, Francisco Gattorno sigue siendo una figura reconocida en la isla gracias a su trabajo en la película Fresa y chocolate y en numerosas telenovelas, especialmente mexicanas, desde la década de 1990.
Licenciado en Artes Escénicas, debutó en el cine a los 20 años con Una novia para David (1984), participando en una decena de filmes. Fresa y chocolate fue el filme que internacionalizó su rostro, lo que le permitió trabajar en el extranjero. Apenas dos años después, se convirtió en uno de los galanes más destacados en telenovelas mexicanas, protagonizando La Dueña, junto a la diva Angélica Rivera.
Desplegó su talento en una treintena de producciones en la televisión mexicana, algunas de las cuales fueron arrasadoras en términos de audiencia. En cine, participó en el filme Antes que anochezca en 2000, un film poco conocido en Cuba que marcó su ascenso en Hollywood.
Ya en su madurez, Francisco Gattorno sigue vinculado al mundo audiovisual, aunque sus papeles han evolucionado junto a los años.
9. César Évora
Desde su debut en la televisión cubana, César Évora ha sido una figura legendaria, ya que además de su atractivo corporal, derrocha encanto en pantalla. Durante su estancia en la isla, interpretó papeles en telenovelas y especialmente en el policiaco Día y noche, donde se hizo famoso por sus camisas negras. En cine, colaboró con reconocidos directores en filmes como La Bella del Alhambra, Una novia para David y Un hombre de éxito, entre otros.
Al dejar Cuba, la compañía mexicana Televisa le ofreció oportunidades que lo convirtieron en un ícono de telenovelas como Laberintos de pasión, Cañaveral de pasiones, El manantial, Abrázame muy fuerte y El privilegio de amar, muchos de los cuales le otorgaron papeles de villanos. Ha cosechado numerosos premios por su calidad histriónica, aunque su atractivo físico y su sensual voz son las características que más recuerdan las cubanas.
10. Mario Balmaseda
Mario Federico Balmaseda Maurisco fue, hasta su reciente muerte, un verdadero ícono de la actuación. Nació en La Habana en 1941 en el seno de una familia estrechamente vinculada al arte, lo que le permitió conocer el mundo del cabaret desde joven.
Estudió Dramaturgia en el Teatro Nacional de Cuba y en la entonces República Democrática Alemana. Su larga y prolífica carrera como actor incluye una extensa filmografía con títulos como El hombre de Maisinicú (1973), De cierta manera (1974), El brigadista (1977), Se permuta (1984), En tres y dos (1985), Baraguá (1986), La inútil muerte de mi socio Manolo (1990), Entre ciclones (2002) y La obra del siglo (2015).
En televisión, protagonizó series como Aventuras de Juan Quinquín, En silencio ha tenido que ser, La gran rebelión, y Un bolero para Eduardo, entre otras. Ganó el Premio Nacional de Teatro en 2006, el Premio Nacional de Televisión en 2019 y el Premio Nacional de Cine en 2021, y es el único actor cubano en recibir estos tres reconocimientos, lo que resalta su extraordinario talento, versatilidad y capacidad para dejar una huella perdurable.