Foto: Archivo | CN360
Solo es necesario observar las diferentes versiones de Revolico que surgen día tras día en las redes sociales para conocer lo que compran y venden los cubanos: aceite a 700 pesos, cartones de huevo a 800, frazadas a 300 y, desde que comenzó esta nueva temporada de apagones, también plantas eléctricas.
Lo que anteriormente era un lujo reservado para algunas mansiones en la capital, hoy se ha transformado en una necesidad que demandan con urgencia muchos cubanos, especialmente aquellos que tienen familiares en el extranjero dispuestos a pagar los altos costos de los generadores eléctricos.
Cada una de estas plantas, dependiendo de su potencia, puede costar entre 900 y 1500 dólares o su equivalente en pesos cubanos, variando según la tasa del USD en el mercado informal.
Se pueden encontrar precios más bajos en algunas tiendas en MLC en el país, particularmente en las virtuales, pero la mayoría de estos equipos llegan a manos de los cubanos mediante importaciones, principalmente de familiares que las envían o de viajeros que las traen para vender.
El gobierno cubano, al evaluar el impacto en el sector residencial debido a la vulnerabilidad del Sistema Eléctrico Nacional, autorizó temporalmente la importación de este tipo de plantas, incluso aquellas con potencia superior a los 900 vatios, cuyo valor de referencia en Aduana supera el límite de 200 USD permitido para importaciones por envíos aéreos, marítimos, postales y de mensajería sin fines comerciales.
Luego del primer asombro ante los precios exorbitantes, comienza un segundo desafío para los dueños de estas plantas: ¿cómo conseguir gasolina para su funcionamiento en un contexto marcado por la escasez de combustible?
A pesar de que la corporación Cimex —responsable de los servicentros en todo el país— no ha emitido regulaciones públicas sobre este tema, en cada provincia y establecimiento de venta de combustible se ha dado la instrucción verbal de vender hasta 10 litros de gasolina a los propietarios de generadores eléctricos, siempre con la autorización del gobierno; para obtener dicha autorización, se debe presentar el carné de identidad y la prueba de propiedad de la planta.
Sin embargo, la opinión pública, ya sea en redes sociales o en cualquier esquina del vecindario, ha expresado su descontento, ya que 10 litros de combustible no son suficientes para enfrentar apagones de 8 a 12 horas diarias, los cuales han sido más comunes en los momentos críticos del verano.
A pesar de la aparente normalidad con la que se discute la compraventa de estos equipos en diversos entornos, no se debe asumir que las plantas eléctricas están al alcance de todos los bolsillos.
Según varios vendedores consultados, los principales compradores son cubanos residentes en el extranjero que las compran para sus familiares en la isla, junto con emprendedores que cuentan con negocios exitosos. Esto evidencia claramente que el cubano promedio, que no tiene más ingreso que su salario y carece de familiares en el exterior, sigue estando en desventaja.