Foto: Jorge Luis Baños | CN360
Con el precio de la libra de carne de cerdo superando ya los 400 pesos, la libra de frijoles negros alcanzando los 160 y las bebidas alcohólicas casi exclusivamente en MLC, a los cubanos les resulta complicado celebrar la Nochebuena y la Navidad como realmente desearían.
Aquellos que cuentan con familiares en el extranjero que pueden enviar remesas o algún que otro combo de alimentos para fin de año respiran un poco más tranquilos; sin embargo, quienes dependen de su salario, especialmente si este proviene del sector público, cuentan cada centavo y apelan a sus reservas familiares para asegurar lo esencial: congrí, yuca con mojo, carne de cerdo, turrón y alguna bebida espumante…
El menú puede diferir entre familias y regiones; lo que no cambia son las acrobacias que deben realizar los cubanos para conseguir los ingredientes necesarios en medio de una economía marcada por la inflación y la escasez.
La venta de cantidades limitadas de carne de cerdo por parte del Estado ha brindado algo de alivio a algunas familias cubanas, especialmente en las capitales provinciales y otras localidades determinadas por los gobiernos locales; aunque esta medida, si bien mitiga un poco el golpe en el bolsillo, no soluciona el problema, ya que no es suficiente para todos y se han conocido casos de familias que han renunciado a este beneficio por no tener suficiente dinero para cubrir los miles de pesos que, a pesar de las buenas intenciones, hay que pagar en el mostrador.
La conocida como “resistencia creativa” de los cubanos ha sido un salvavidas en estos días: si no hay dinero para cerdo, se preparan las piezas de pollo que estaban reservadas para un enfermo; si no hay 150 pesos para un manojo de lechuga o una col mediana, se opta por pepino, que es más económico, aunque pueda ocasionar malestar; si no hay 160 pesos para la libra de frijoles negros, se soluciona solo con arroz blanco…
Siempre existe la opción de solicitar un préstamo, un recurso que muchos evitan a toda costa porque no es propicio comenzar el nuevo año con deudas, aunque esta puede ser la solución para los cubanos de menores ingresos que no desean renunciar a reunirse, a cocinar en familia mientras ven televisión o mientras organizan la mesa de dominó en el patio. Son días festivos para todos, independientemente de la facilidad con que puedan llevar un plato a la mesa durante el resto del año.
Más allá de las carencias materiales, lo que realmente anhelan los cubanos —al menos, la mayoría de los encuestados por Cuba Noticias 360— es que sus familiares y amigos gocen de buena salud. “Que estemos todos, aunque no juntos, pero sanos y salvos”, afirmó un anciano que vio partir a la mitad de sus nietos rumbo a Estados Unidos, a través de Nicaragua, y que levanta su vaso junto a la nieta que permanece en Cuba: “Este año no tenemos para cerveza, pero le agradezco a Dios por la vida, aunque sea con agua”.