Foto: Cuba Noticias 360
Al igual que otros productos de la canasta básica, el suministro de pollo será escaso en los próximos meses. En Santiago de Cuba, por ejemplo, cada consumidor recibirá únicamente 345 gramos.
Esta situación es un problema prolongado. Cada vez son menores las asignaciones de carne y proteínas disponibles para las familias a través de la Canasta Básica.
Desde esta misma región, las autoridades del comercio han informado sobre la llegada de un barco con pollo destinado a abastecer la canasta básica.
Esta ración equivale, aproximadamente, a una pechuga mediana o a dos muslos pequeños, que es lo que recibirán los consumidores cubanos.
Además, se añaden las irregularidades en el pesaje al momento de despachar el producto, ya que las básculas tradicionales no garantizan la precisión. A ello se suma que el pollo se vende congelado, y al contener agua en forma de hielo, su peso aumenta y disminuye la cantidad de carne disponible.
La primera secretaria del Partido Comunista en la provincia oriental, Beatriz Johnson Urrutia, no ofreció noticias esperanzadoras al confirmar que, además de esta reducción, no habrá disponibilidad de café, azúcar, aceite ni pasta dental.
Este escenario indudablemente favorece la venta ilegal de dichos productos, que se observan en grandes cantidades en el mercado negro a precios exorbitantes.
En cuanto a los productos de aseo, solo se han distribuido pequeñas cantidades de jabón de lavar y de tocador, lo que dificulta el acceso a estos artículos para la mayoría de la población.
Otro producto que ha desaparecido es la leche, consecuencia del crítico estado de la producción local, afectada por el robo y sacrificio ilegal de animales.
En este contexto, los más perjudicados son los niños, sobre todo aquellos que dependen de una dieta especial debido a enfermedades crónicas.