Foto: Matt Gush | Shutterstock
Texto: Fede Gayardo
Luego de más de tres semanas de feroces incendios en el condado de Los Ángeles, los equipos de emergencia han logrado extinguir por completo las llamas, según lo confirmado por el Departamento de Protección contra Incendios y Silvicultura de California, EE.UU.
El incendio de Palisades, que se inició el 7 de enero al norte de Malibú, devastó cerca de 9,500 hectáreas, mientras que el incendio de Eaton, que comenzó la misma noche en las proximidades del Bosque Nacional de Los Ángeles, consumió aproximadamente 5,700 hectáreas.
Las llamas, avivadas por los poderosos vientos de Santa Ana y la prolongada sequía, resultaron en la muerte de al menos 29 personas y destruyeron más de 16,000 edificaciones.
Las pérdidas económicas ocasionadas por estos incendios superan los 250,000 millones de dólares, lo que los convierte en uno de los desastres más costosos jamás registrados en el país.
Las autoridades continúan investigando el origen del siniestro, prestando especial atención al posible papel de los equipos de Southern California Edison, compañía que ha estado relacionada con otros incendios en el pasado.
Después de ocho meses sin lluvias significativas, una fuerte tormenta el pasado fin de semana ayudó a sofocar los focos activos, facilitando así el trabajo de los bomberos.
Por su parte, el expresidente Donald Trump firmó una orden ejecutiva para que varias agencias federales garantizaran el suministro de agua al sur de California y al Valle Central, describiendo la medida como un triunfo en la lucha contra el desastre natural.