Foto: Roy Leyra/CN360
Entre los síntomas que puede generar la variante ómicron de COVID-19 se encuentran: dolor de cabeza, congestión nasal, dolor de garganta, fatiga y estornudos. Sin embargo, es importante tener en cuenta que la mayoría de los epidemiólogos coinciden en que estos signos pueden ser confundidos fácilmente con un resfriado común.
A nivel global, ha surgido una alerta debido a su rápida propagación. Actualmente, ómicron es considerada la variante más peligrosa del COVID-19 por su velocidad de transmisión, aunque la severidad de sus síntomas parece ser menor, lo que conlleva a un menor riesgo.
Por esta razón, se sugiere el aislamiento preventivo para evitar contagios masivos, especialmente en esta época de festividades, cuando las familias tienden a reunirse con mayor frecuencia.
Dos años después de la llegada de la COVID-19, los expertos han aprendido que cada ola de la pandemia tiene un comportamiento único y que cada nueva variante presenta sus propias características.
En este contexto, y a falta de estudios más concluyentes, las observaciones iniciales indican que ómicron es más transmisible, como lo señala la Organización Mundial de la Salud en su informe más reciente, y que los síntomas varían entre las personas que contraen la infección.
La pérdida del sentido del gusto o el olfato ya no es tan común, y cuando se presenta, se asemeja más a un resfriado común.
«Lo que predomina son el dolor de garganta, el cansancio, la fiebre y la mucosidad, especialmente rinorrea, que es muy característica», indica el doctor Lorenzo Armenteros, portavoz de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia.
La nueva variante, que ha sido detectada en más de 100 países, también puede presentar otros síntomas como estornudos, picazón en los ojos y, en menor medida, manifestaciones digestivas como náuseas o diarrea. Estas últimas, aunque se habían observado con variantes anteriores, aparecen en esta ocasión «con un menor grado de intensidad», resalta el especialista.
Varios estudios indican que el virus afecta con menor frecuencia a los pulmones, limitándose a las vías respiratorias superiores, la garganta o la nariz. Esto provoca congestión nasal, mucosidad y tos, presentando una sintomatología similar a la del resfriado común.
La jefa técnica de la OMS, María van Kerkhove, hizo un llamado a la población, advirtiendo que, en general, «no podrás notar la diferencia; por lo tanto, lo mejor que puedes hacer es mantenerte seguro, vacunarte y tomar todas las medidas posibles para reducir tu exposición al virus».
Según un estudio preliminar sobre la evaluación temprana de la gravedad de la variante ómicron en Sudáfrica, el riesgo de hospitalización es menor en comparación con las personas infectadas con delta, aunque, una vez dentro del hospital, el riesgo de desarrollar una enfermedad grave es similar.
Lo que es indiscutible, según los expertos, es que las ventajas de presentar síntomas más leves en términos de evitar la saturación de hospitales podrían verse contrarrestadas por una mayor transmisión. Si aumenta el número de infectados, también se incrementa la exposición al virus de la población de riesgo o aquellos con patologías preexistentes.