Lula da Silva asume la presidencia de Brasil por tercera ocasión.

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Texto: Hugo León

El presidente electo de Brasil asumió su cargo de manera oficial este fin de semana, y se trata de una figura bien conocida en el ámbito gubernamental y a nivel internacional: Luiz Inácio Lula da Silva, un político de izquierda que retoma la presidencia por tercera ocasión.

Lula dirigirá nuevamente el país durante un período de cuatro años, tras haber ocupado dicho cargo entre 2003 y 2010, habiendo atravesado una década tumultuosa, que incluyó una estancia en prisión de 19 meses por una condena de 12 años que posteriormente fue revocada.

¿Qué opina Lula sobre la situación actual en Brasil?

De acuerdo con organismos internacionales, Brasil posee la economía más grande de Latinoamérica en términos de Producto Interno Bruto (PIB) y es la segunda en todo el continente americano. Este indicador creció un 3,6 por ciento en el último año, según datos oficiales.

Sin embargo, Lula manifestó durante su discurso de toma de posesión que la administración de su predecesor, Jair Bolsonaro, constituyó un “proyecto de destrucción nacional” y que hereda un país en “terribles ruinas”.

Para Lula da Silva, Brasil se encuentra en una situación de desastre tanto social como económico. Afirmó que hubo un desmantelamiento del Estado en nombre de supuestas libertades individuales.

Señaló que sus antecesores vaciaron los fondos destinados a la salud y desmantelaron los sectores de educación, cultura, ciencia y tecnología. También mencionó que destruyeron la protección del medio ambiente y dejaron sin recursos actividades cruciales como la seguridad pública, la asistencia social o la vacunación.

Lula acusó al gobierno de Bolsonaro de haber saqueado los recursos del país para alimentar la codicia de los rentistas y accionistas privados de las empresas estatales, y aseguró que su administración no será revanchista, aunque quienes cometieron errores deberán rendir cuentas.

El programa político

El renovado mandatario consideró que la democracia fue la verdadera ganadora de las elecciones.

Lula detalló que las primeras acciones de su gobierno están orientadas a rescatar a 33 millones de brasileños de la pobreza extrema. Además, se plantean sacar de la pobreza a más de 100 millones de ciudadanos brasileños.

Se comprometió a revocar los decretos que aumentan el acceso a armas y municiones y afirmó que se alcanzará la meta de deforestación cero en la Amazonía, junto con otros objetivos ambientales.

En un discurso dirigido al pueblo, tras su toma de posesión, prometió luchar incansablemente contra la desigualdad y recordó que el cinco por ciento más rico de los brasileños acumula la misma riqueza que el 95 por ciento restante.

Inmediatamente después de las ceremonias, Lula firmó decretos con sus primeras medidas. Una de ellas garantiza un pago mensual de 600 reales para 21 millones de brasileños en situación de pobreza, según reportan los medios locales.

¿Está el país económicamente preparado para implementar los programas sociales y trasformaciones que se avecinan? ¿Podrá Lula cerrar la brecha entre sus partidarios y el casi 49 por ciento de los votantes que no lo eligieron como presidente? Solo el tiempo lo dirá.

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