Un aumento de más de 500 contagios diarios
Foto: Roy Leyra | CN360
Con un aumento de más de 500 contagios en los últimos dos días, la situación epidemiológica en Cuba vuelve a complicarse, caracterizada por la presencia de la cepa Ómicron, que es la predominante en el país, según informaron medios de televisión cubana.
Tras un 2021 que colapsó el sistema de salud pública, con más de 9 mil casos diarios y cercana a un centenar de muertes diarias según informes oficiales de medios estatales, situación que logró controlarse casi a finales de ese año, hoy las autoridades expresan su preocupación por el aumento acelerado de infecciones.
Este panorama puede generar una ansiedad significativa en el contexto económico, social y político actual, que se ha visto agravado por el ordenamiento monetario establecido por el gobierno a principios de 2021.
Al final del día de ayer, 8 de enero, se reportaron 2,723 nuevas infecciones por coronavirus, mientras que 18,574 pacientes se encuentran ingresados, 9,728 son sospechosos, 351 están en vigilancia y 8,495 son casos activos, según el último informe del Ministerio de Salud Pública (MINSAP).
Las provincias con mayor número de casos son Cienfuegos, Camagüey, Matanzas, Mayabeque, Las Tunas y el municipio especial Isla de la Juventud; sin embargo, en términos generales, todas las regiones presentan un aumento en la transmisión del virus. Esto fue destacado en una reunión del grupo de trabajo temporal del gobierno para abordar la COVID-19, donde el ministro del MINSAP, José Ángel Portal Miranda, también mencionó que en Cuba circulan otros tres virus respiratorios, incluidos la influenza estacional típica de esta época del año.
El ministro de salud señaló que en relación con las medidas para enfrentar la nueva ola de COVID-19, se dará prioridad a la hospitalización de aquellos que se encuentren en condiciones vulnerables, como niños menores de dos años y mujeres embarazadas.
En la reunión, el primer ministro, Manuel Marrero Cruz, comentó que continúan los estudios en el hospital Pedro Kouri (IPK) para determinar la prevalencia de las distintas cepas que circulan en el país, incluida la Ómicron, sobre la cual “se evalúa el nivel de eficacia y resistencia a las vacunas cubanas”.
Cuba, que ha logrado vacunar completamente al 86 por ciento de su población, es el segundo país de más de un millón de habitantes con la tasa de vacunación más alta, solo superado por los Emiratos Árabes Unidos, según estadísticas de las autoridades sanitarias y gubernamentales, difundidas por la agencia de prensa EFE.
En el contexto actual de infecciones, desde el 5 de enero, además de presentar un resultado negativo en PCR, los viajeros deben mostrar un certificado de vacunación de sus países de origen que certifique que han completado el esquema de vacunación.
El MINSAP especificó que los viajeros extranjeros que lleguen a Cuba y que sean parte de escuelas internacionales, becados en instituciones cubanas, así como técnicos y colaboradores extranjeros, realizarán una cuarentena de ocho días en sus respectivos centros, y se les efectuará un PCR el séptimo día de su llegada.
Estas medidas se suman a las vigentes desde diciembre para los viajeros procedentes de Sudáfrica, Lesoto, Botsuana, Zimbabue, Mozambique, Namibia, Malaui y Esuatini (Suazilandia), quienes, según información oficial, deben cumplir una cuarentena a su llegada en hoteles autorizados donde deben cubrir sus gastos de estancia.
A los viajeros que lleguen de Bélgica, Israel, Hong Kong, Egipto, Turquía y otros países de África subsahariana se les aplicarán las mismas medidas que a las naciones mencionadas anteriormente, con la excepción de la cuarentena y el PCR el sexto día.
A los restantes visitantes se les realizará un PCR al llegar al aeropuerto, de modo que si el resultado es negativo, podrán dirigirse a su lugar de destino.
Aún no se observa una alarma general entre la población cubana ante el incremento de casos de SARC-CoV-2. En general, aunque son conscientes de la circulación de la contagiosa cepa Ómicron y comentan al respecto, continúan con sus actividades diarias en centros laborales, culturales y recreativos, así como en las habituales largas y numerosas filas para adquirir productos para sus hogares.
A pesar de que funcionarios de salud pública y del gobierno, así como científicos, advierten sobre la necesidad de ser estrictos en las medidas de higiene y seguridad, como el distanciamiento social, el lavado frecuente de manos y el uso de gel o hipoclorito, la vida en la isla continúa con cierta normalidad, incluso cuando las proyecciones matemáticas indican que la incidencia de contagios y muertes por COVID-19 podría continuar aumentando en las próximas semanas.
Esta situación epidemiológica se ve agravada, al menos en La Habana, por la escasez de pruebas de antígenos, que actualmente solo se realizan en embarazadas y niños pequeños, a pesar del alto número de personas que llegan a los hospitales con síntomas de la enfermedad.
El gobierno ha afirmado que no cerrará las fronteras. Los bares y clubes nocturnos permanecen abiertos con gran afluencia de público, al igual que se siguen llevando a cabo conciertos y otras actividades culturales, tanto en espacios cerrados como al aire libre.