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En los pasillos de las instituciones hospitalarias de Matanzas, los médicos atienden a los enfermos de coronavirus, mientras que algunos pacientes son enviados de regreso a sus hogares debido a la falta de capacidad en estos centros. La población clama por ayuda ante el colapso que enfrenta la provincia en medio de una fuerte oleada de COVID-19.
Frente a este persistente panorama pandémico, brigadas médicas y recursos materiales necesarios para combatir el virus están siendo enviados a Matanzas, al mismo tiempo que se incrementan las capacidades hospitalarias, según un comunicado de la alta dirección del gobierno cubano.
Actualmente, ese territorio, junto con todos sus municipios, enfrenta la situación epidemiológica más complicada del país, con reportes diarios de contagios que en los últimos días han superado el millar, según la información proporcionada por el doctor Francisco Durán García, director nacional de epidemiología, en una comparecencia televisiva.
Los esfuerzos se están concentrando en la región turística que alberga el conocido balneario internacional de Varadero, con el objetivo de “mejorar el duro escenario que viven sus pobladores, el personal sanitario y las autoridades”.
Por otro lado, el centro televisivo Yumurí de la demarcación destacó que el apoyo de 100 médicos y 100 enfermeras de la brigada Henry Reeve, creada para enfrentar desastres naturales en diversas partes del mundo, “llegará mañana miércoles a Matanzas para colaborar con el personal ante la compleja situación que vive la provincia por este rebrote de COVID-19”.
En días recientes, numerosas voces se han alzado en las redes sociales solicitando ayuda ante lo que se describe como el colapso de la atención médica y hospitalaria. María Antonia Colunga Olivera, comunicadora de Cáritas Cuba, reflejó en su perfil de Facebook lo expuesto por Dayli Rizo Cabrera, licenciada en Psicología del policlínico Héroes del Moncada, quien se pregunta: “¿qué hay de malo en reconocer que necesitamos algo que tantas veces hemos regalado?”.
Rizo Cabrera justifica su petición de ayuda ante el escenario de “una población enferma o en alto riesgo de enfermar” que “sufre la enfermedad más mortífera del último siglo y se siente desprotegida, atemorizada”. Además, señala que incluso en instituciones habilitadas para pacientes positivos, “hay una falta de los tan buscados y necesarios antibióticos, esteroides, antipiréticos… La realidad es que no hay medicamentos para tratar los diferentes síntomas que presentan los pacientes positivos de COVID-19”.
La especialista afirma que, tras más de una década en el sector, ha sido testigo de la fatiga pandémica que recorre los pasillos “de todas las instituciones de salud” y de las historias más tristes: “he visto a médicos llorar de dolor, de impotencia, de desgaste”.
Rizo Cabrera concluye: “necesitamos insumos médicos y alimentación para cubrir los centros de aislamiento” y extiende su solicitud de apoyo a la Organización Mundial de la Salud (OMS), la comunidad internacional y a “cualquiera que desee brindarla”.
Por su parte, el científico cubano Amílcar Pérez destaca que “las cifras de casos confirmados diarios de COVID-19 en Cuba, y en particular en Matanzas, plantean un escenario epidemiológico crítico”. Realiza una comparación entre los contagios diarios en India y Brasil, en un intervalo de siete días, cuando sus sistemas de salud colapsaron, y el contexto actual en la isla. “No estoy diciendo que sucederá lo mismo en Cuba. Hay muchas variables a considerar aquí (…) Pero lo que sí está claro es que, o esta tendencia se revierte de inmediato o Cuba está en ruta de colisión hacia una crisis de enormes costos en vidas”, advierte el experto.
Los galenos de Matanzas también reflejan la situación de pacientes positivos a la enfermedad que no pueden ser ingresados debido a que la emergencia está “repleta de pacientes”, incluso hay que atenderlos “en la silla del médico”, o que “somos nosotros quienes enfrentamos el problema y a los familiares a quienes tenemos que decirles que no hay donde poner a su ser querido porque no hay camas ni camillas”. Exigen “fuerza para enfrentar esta situación”.
Un internauta, Oscar Humberto Hernández Delgado, narra que tanto su esposa como él comenzaron a mostrar síntomas y se encuentran en casa porque todo está colapsado; asegura que faltan medicamentos en las instalaciones médicas, mientras “se venden en el mercado negro”, citando como ejemplo los 100 CUP que se deben pagar por las tabletas del antibiótico azitromicina.
Asimismo, denuncia que hay “más de cuatro mil rusos en Varadero sin nasobuco (mascarilla) por Cárdenas y Matanzas, y nadie les pone freno”.
Según las cifras diarias del director nacional de epidemiología, Rusia es el país que aporta diariamente la mayor cantidad de ciudadanos contagiados del coronavirus, así como de cubanos en situaciones similares que retornan tras viajar a dicho país.
En declaraciones a “Sputnik News”, la cónsul general de Rusia en La Habana, Nana Mgeladze, informó que más de 150 turistas rusos que llegaron al balneario de Varadero están aislados en hoteles tras dar positivo al COVID-19, y otros 130 que viajaron a Cuba antes del 29 de junio permanecen recluidos en instalaciones hoteleras.
Varadero es un punto de encuentro donde se entrelazan turistas extranjeros y cubanos. A este propósito, Ivis Fernández, responsable de turismo en Matanzas, subrayó hace varios meses que “Varadero, como playa, es el balneario madre de Cuba, la playa más hermosa y querida por los cubanos; es un destino que cuenta con todas las condiciones para constituir un refugio para vacacionistas, con una oferta de atractivos de manera muy segura”.