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El icónico programa de la televisión cubana que lo catapultó a la fama dejó de emitirse en 2013, pero para toda Cuba, Miguel Moreno Rodríguez sigue siendo La Llave de «Deja que yo te cuente.»
Con su inconfundible camisa roja, su bolígrafo y el talonario donde imponía multas a diestro y siniestro, su personaje se ha convertido en una parte esencial del imaginario humorístico del país, una figura de inspector que ha ido más allá del ámbito televisivo y ahora tiene una vida propia.
Recientemente, como La Llave, participó en el espectáculo titulado «¿Quién llegó primero al mundo?», el cual se llevó a cabo en el Teatro Astral, en celebración de los 35 años de carrera artística de Carlos Gonzalvo, el conocido Profesor Mentepollo. Además, La Llave también se involucra en una próxima obra junto a Osvaldo Doimeadiós y su proyecto Nave Oficio de Isla.
Originario de Guantánamo y más arraigado en la provincia oriental de Cuba hasta hace poco, Miguel Moreno ha comenzado a establecerse en La Habana, no solo por sus compromisos laborales, que solía cumplir a través de agotadoras travesías, sino también por la insistencia de su hijo menor, Mario, estudiante del Instituto Superior de Diseño, quien influyó en la decisión de su padre de pasar más tiempo en la capital en lugar de en Guantánamo.
Anteriormente, también había dejado atrás sus funciones como abogado, profesión que ejercía paralelamente al humor y que, a pesar de todo, disfrutaba bastante.
Esto lo confesó el mismo Moreno en una reciente entrevista realizada por Marino Luzardo en Mediodía en TV: “Era complicado para mí manejar casos serios y complejos en el Bufete Colectivo de Guantánamo mientras hacía humor —afirmó—. Algunos clientes llegaban y me contrataban con reservas, temiendo que fuera a tratar su caso de manera ligera. Me resultaba difícil que la gente me tomara en serio, pero una vez en el juicio, el humor me ayudaba a relacionarme con el público y el juez, y a relajar la tensión.”
Su experiencia como abogado incluso le ha sido útil en su faceta cómica, ya que varios casos reales inspiraron guiones para Komotú, la agrupación de Artes Escénicas a la que se unió en 1995 y de la cual no planea separarse, considerando a sus integrantes como una gran familia.
Con Komotú ha cosechado numerosos premios en festivales Aquelarres y hizo su debut en la televisión nacional en el programa «¿Y tú de qué te ríes?», dirigido por Ulises Toirac. Sin embargo, la fama nacional le llegó en solitario, gracias a ese inspector ingenioso que siempre hacía girar El Taller y se despedía con su frase clásica: “Y me retiro, digo, si no hay dudas.”
A diferencia de La Llave, Miguel Moreno no se aleja, sino que continúa creando desde La Habana, siendo una garantía para cualquier espectáculo que lo incluya en su elenco. Al menos así lo expresa Carlos Gonzalvo, compañero y amigo de trabajo desde hace décadas: “Miguel Moreno es uno de esos artistas de los que siempre digo: Yo lo quiero en mi equipo.”