Foto: RL Hevia
A pesar de sus incongruencias y limitaciones, el gobierno cubano sigue insistiendo en la bancarización de las operaciones como una alternativa ante la escasez de efectivo en las sucursales bancarias del país.
Por esta razón, el Banco Central de Cuba anunció que, a partir de este miércoles 29 de febrero, implementarán medidas para extender la bonificación establecida en un 6% desde agosto de 2023 a toda la red de comercio minorista, permitiendo así que los bancos puedan seguir financiándola.
Se destacó que continuarán ofreciendo una bonificación del 6% para los pagos en línea realizados a cualquier comercio minorista, ya sea a través de los Terminales de Punto de Venta o las plataformas nacionales Transfermóvil y EnZona, aunque estas últimas enfrenten limitaciones como la escasa disponibilidad de tecnología y un acceso estable a internet.
Asimismo, los pagos en línea que superen los 3,500 CUP recibirán una bonificación fija de 210 CUP.
Uno de los problemas más significativos de estas modificaciones es la exclusión de sectores como el turismo, la construcción y el combustible. Estas áreas, de alta demanda, al ser excluidas del esquema de bonificación, limitan de manera considerable el impacto positivo que esta política podría tener en la vida de los cubanos.
A pesar de esto, desde el Banco aclararon que esta medida mantiene beneficios para la población al facilitar bonificaciones por pagos en la red minorista, al tiempo que amplía el número de establecimientos donde se aplicarán.
LOS LÍMITES DE UN BENEFICIO
La crisis económica generalizada en el país pone de manifiesto que muchos comercios continúan optando por el efectivo como método de pago, dada las dificultades para su obtención y el elevado valor de las divisas en el mercado informal.
Las iniciativas para modernizar el sistema financiero y mejorar la eficiencia de las transacciones económicas se enfrentan a retos, ya que persiste una fuerte preferencia por el uso de efectivo entre comerciantes y consumidores, lo cual complica la transición hacia métodos de pago digitales.
Además, las experiencias pasadas con restricciones en los retiros de efectivo y la falta de liquidez en los bancos han sembrado desconfianza en la población respecto al sistema bancario, lo que dificulta la aceptación de la bancarización.
Este proceso, en lugar de representar un avance hacia la modernización financiera, parece más orientado al control de la economía que a mejorar la accesibilidad y la eficiencia de los sistemas de pago.