¿Motivación o formación política? Niños peloteros de Santa Clara se entrenan en un hotel para las Pequeñas Ligas.

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Foto: RRSS

Uno de los principales eventos del deporte en Cuba hasta ahora este año, al menos en el ámbito nacional, fue la consagración del equipo de Santa Clara en el torneo nacional de las Pequeñas Ligas de béisbol. Este triunfo permitió a los “Bombarderitos del Centro” clasificarse para la Serie Mundial de la categoría, que se llevará a cabo, como es habitual, en Estados Unidos durante el mes de agosto.

Se habló mucho de la impresionante victoria del equipo villaclareño sobre su contrincante de Sancti Spíritus, al que logró derrotar en dos ocasiones en su propio campo durante la final al mejor de tres partidos, que se disputó a comienzos de marzo.

La afición beisbolera del país estuvo muy atenta a este campeonato, que comenzó a celebrarse tras el Memorando de Entendimiento firmado entre la Federación Cubana y Little League Baseball International a principios de 2019.

Esto no es sorprendente, ya que el ganador tiene la oportunidad de acudir de manera directa, como ocurrió el año pasado y ocurrirá este año, o pelear por un pase en una eliminatoria regional, al gran evento mundial que se celebra anualmente en Williamsport, Pennsylvania, donde se reúnen 20 equipos, distribuidos entre 10 del país anfitrión y otros tantos internacionales.

Incluso la prensa deportiva de los medios estatales, que rara vez sale de La Habana para cubrir la final de la Serie Nacional, se trasladó a la capital espirituana para seguir el desenlace de una competencia fundamental para el bienestar actual y futuro del deporte nacional en Cuba.

Una vez culminado el torneo, el experimentado entrenador Everaldo Pedroso, quien había considerado retirarse este año, dispone de tiempo suficiente para trazar un plan de acción para sus jugadores para un certamen en el que Cuba debutó en 2023 con el equipo de Bayamo, dejando una buena impresión y despertando pasiones en cada partido.

Los pequeños peloteros de Santa Clara no han perdido tiempo y ya han comenzado su preparación para la Serie Mundial de 2024, aunque en esta fase inicial han combinado ejercicios físicos con momentos de ocio y diversión, dado que las autoridades deportivas de la provincia optaron por motivar al equipo con una estancia en el reconocido hotel Hanabanilla.

Diversas publicaciones en redes sociales, en su mayoría del periodista Dairon Pérez Urbano de la emisora CMHW, reflejan la estadía en la instalación hotelera, donde, además de disfrutar de unas merecidas vacaciones, los jóvenes beisbolistas han aprovechado la zona montañosa para realizar una preparación física especial.

Además, tuvieron la oportunidad de compartir con ellos algunas glorias deportivas de Villa Clara, como Alina Expósito (esgrima) y Pablo García (baloncesto), quienes formaron parte de la conocida delegación que asistió en el buque Cerro Pelado a los Juegos Centroamericanos y del Caribe de San Juan 1966. La exbalonmanista Imara Valdés y el expelotero Andy Zamora también intercambiaron con el equipo.

Aquí, el lector podría pensar que esta experiencia es un justo premio por el esfuerzo de los jóvenes, sin embargo, unas declaraciones de Raydel Sedano Moreno, director del Inder en el municipio de Santa Clara, ponen en duda las verdaderas intenciones, o al menos una parte sustancial de ellas, de la estancia en el hotel.

Según explicó el directivo de manera directa, uno de los objetivos de estos días es “fortalecer la preparación política ideológica rumbo a la Serie Mundial”, lo que justificaría la presencia de las glorias deportivas, especialmente de la llamada Delegación de la Dignidad, recordada más por las tensiones extradeportivas que se vivieron en aquel momento.

El aficionado que siguió el desempeño del equipo cubano el año pasado puede pensar que esas “acciones” buscan preparar a los jóvenes para situaciones que no podrán controlar las autoridades que acompañan a los chicos, como cuando el exjugador de Grandes Ligas puertorriqueño Eduardo Pérez, llevó a los peloteritos de Bayamo a la famosa cadena de comida rápida McDonald’s por primera vez en sus vidas.

Con el exjugador de los Marineros de Seattle, entre otros siete equipos, los jóvenes cubanos disfrutaron de una experiencia que, lamentablemente, no podrán repetir mientras vivan en la isla, al menos por ahora. En esos inolvidables días en Estados Unidos, vivieron numerosas experiencias alejadas de su realidad.

Por lo tanto, resulta sospechoso e incluso indignante ver al director del Inder de Santa Clara hablar de preparación política ideológica para un grupo de adolescentes que no superan los 13 años, quienes solo desean, con todas sus ganas, jugar béisbol, sin los elementos extra que caracterizan el béisbol en otras categorías superiores.

El único deseo de la gran mayoría de los seguidores de la pelota cubana es que, al menos, los responsables del deporte mantengan puro este sueño para los miles de niños de toda Cuba que ahora tienen un motivo adicional para elegir el pasatiempo nacional del país, en medio de la competencia con el fútbol y otros deportes que han ganado popularidad en este siglo.

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