¿Movimientos antivacunas en un momento crucial? | Noticias de Cuba 360

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Texto: Redacción Cuba Noticia 360

En un giro inesperado, las campañas de vacunación masiva y gratuita en todo el mundo han encontrado oposición en diversos líderes religiosos y políticos, quienes emplean una variedad de argumentos en contra.

No obstante, las últimas semanas han resultado desafiantes para los “antivacunas”, especialmente después del fallecimiento del predicador cristiano Marcus Lamb, una de las figuras más prominentes de este movimiento, a causa del COVID-19.

Lamb era conocido por sostener que las muertes estaban vinculadas a las vacunas y que estas provocaban una mayor incidencia de trastornos neurológicos. Su cadena radial, que abarca 70 emisoras en Estados Unidos y llega a 74 países, se convirtió en una plataforma masiva para difundir teorías conspirativas sobre la pandemia y desinformar acerca de las vacunas.

Marcus D. Lamb. Foto: The Washington Post

El predicador falleció a los 64 años, tras ser hospitalizado debido a la enfermedad. Su hijo llegó a afirmar que la infección representaba un “ataque espiritual del enemigo”…

En noviembre, también perdió la vida debido al coronavirus Johann Biacsics, un reconocido antivacunas austriaco. Biacsics fue ingresado en estado grave, pero se opuso a recibir tratamiento médico y demandó su alta. Según informes de prensa, intentó curarse mediante enemas de dióxido de cloro y falleció dos días después de abandonar el hospital.

Johann Biacsics. Foto: Twitter

Asimismo, recientemente contrajo COVID-19 Lorenzo Damiano, líder de los antivacunas en Italia. Desde el hospital, el activista expresó su arrepentimiento por no haberse inoculado antes y solicitó seguir “la ciencia, que cura y salva”.

Damiano, político y cabeza de “No Vax”, transmitió desde el hospital manifestando que su perspectiva ha cambiado y que está dispuesto a informar al mundo sobre lo crucial que es vacunarse para preservar la vida.

Como dice un antiguo proverbio, nadie aprende por cabeza ajena. Percibir el riesgo a la salud personal y experimentar los efectos de la enfermedad en uno mismo es muy diferente a leer sobre las estadísticas de muertes diarias a causa de la pandemia.

A lo largo de años, Lamb, Biacsics, Damiano y otros han influido en el temor y rechazo a las vacunas en millones de personas alrededor del mundo.

Algunas de las afirmaciones comunes de los antivacunas, como “no sabemos qué contienen las vacunas”, “quieren modificar mi ADN” o “el gran orden mundial nos controlará a través de chips”, no están fundamentadas en la ciencia y desprecian los numerosos estudios científicos disponibles.

Amparados en la libertad de expresión y prensa, en muchos países cualquier voz ha encontrado un espacio para manifestarse en contra de las vacunas, siendo acogidos por quienes deciden creer en estos charlatanes religiosos, youtubers e influencers, quienes carecen de formación en este ámbito pero promueven teorías conspirativas llamativas.

De hecho, muchos adeptos de la causa antivacunas sostienen que sus líderes fallecidos a causa del COVID-19 fueron envenenados para silenciarlos, y es poco probable que se les convenza de lo contrario.

Por otro lado, no son pocos los políticos que aprovechan esta temática para captar votantes. Los más “liberales” promueven el acceso a una vacunación rápida y segura en sus campañas electorales, mientras que los de extrema derecha enarbolan el concepto de “libertad de conciencia y libertad individual” para no vacunarse, buscando así el respaldo de los antivacunas.

Un claro ejemplo de esto es el partido Die Basis en Alemania, que propone en su programa la eliminación de todas las medidas anticoronavirus y el rechazo a las vacunas. Aunque no han logrado ingresar al parlamento, obtuvieron 700 mil votos y, como resultado, el financiamiento estatal obligatorio de acuerdo con la ley alemana.

Entretanto, en ese país, los fervientes antivacunas han demostrado ser, al menos, “peligrosos”, como lo evidenció el asesinato de un empleado de una gasolinera que solicitó a un cliente que se pusiera una mascarilla. Este se negó y acabó disparándole al trabajador.

Lo indiscutible es que las vacunas son uno de los inventos más importantes de la historia. Sin ellas, la propia continuidad de la humanidad podría estar en cuestionamiento. Enfermedades que parecían erradicadas han desafiado a la humanidad en el pasado, como el sarampión, la difteria, la poliomielitis o la viruela, contra las cuales la lucha se extendió a lo largo de un siglo y medio, dejando de ser endémicas únicamente al hacerse obligatoria la vacunación.

Por lo pronto, al igual que el coronavirus representa un considerable desafío médico y social, también lo es lograr que la mayoría entienda y crea que la solución radica en la ciencia.

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