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Tras someterse a un trasplante de células madre de un donante que presenta resistencia natural al virus del Sida, una mujer estadounidense se ha convertido en la tercera persona y primera mujer posiblemente curada del VIH. Este enfoque innovador podría abrir nuevas posibilidades de tratamiento para otros pacientes.
De hecho, según el equipo de especialistas que la atendió en Nueva York, han transcurrido catorce meses sin que se detecten niveles de VIH en su organismo, a pesar de haber interrumpido el tratamiento con antirretrovirales. Esto sugiere que está libre del virus y se la considerará curada si no se presentan cambios en su estado.
En caso de confirmarse, se trataría de la tercera persona en el mundo curada del virus y de la primera mujer, ya que los anteriores casos documentados eran de hombres.
Conocida como la «Paciente de Nueva York» para preservar su identidad, esta mujer de ascendencia mixta fue diagnosticada primero con VIH y posteriormente con leucemia.
Los informes de prensa indican que recibió un trasplante de células madre extraídas de un cordón umbilical, complementado con células adultas donadas por un familiar.
Este procedimiento es muy similar al utilizado en los dos casos de curación anteriores, basado en la utilización de células madre de personas que poseen una mutación genética que les confiere resistencia al VIH.
El uso de sangre de cordón umbilical evita la necesidad de un alto nivel de compatibilidad entre donante y receptor, algo que se exige con células adultas, lo que podría hacer que este tipo de tratamiento sea accesible a un mayor número de personas, según los especialistas involucrados en el caso.
No obstante, la posibilidad de curar el VIH mediante trasplantes de células madre sigue estando restringida a aquellos pacientes que padecen cáncer u otras enfermedades graves que justifiquen un procedimiento tan complejo y potencialmente mortal.
En este sentido, Deborah Persaud, especialista de la Universidad Johns Hopkins que lidera el programa de terapia con células madre, afirmó que: «sigue siendo una estrategia sólo viable para un puñado de los millones de personas que viven con VIH».